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Matías Vallés

Al Azar

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Illa confinado, ERC elige menú

Illa no ha ganado nada pese a ser el candidato más votado en las catalanas del domingo, salvo para quienes piensan que imponerse en la temporada regular garantiza el único triunfo relevante en los playoffs. Si se aparta con educación el portentoso análisis de que los independentistas de vocación ostentan la mayoría absoluta porque fueron a votar a diferencia de los otros, se observará que el ministro de la pandemia se halla en perfecto estado pero confinado. Ahora captará la pesadilla que han sufrido miles de españoles sanos. No existe ninguna posibilidad de que gobierne salvo que Junqueras o Puigdemont le entreguen la Generalitat, ustedes mismos.

En cambio, ERC no ha ganado las autonómicas en el lenguaje erróneo de quienes olvidan que vencer es gobernar, pero sí ganó las generales de 2019 con trece diputados estatales que valen su peso en oro porque asientan en 168 los apoyos al PSOE, con la mayoría absoluta en 176. Es decir, garantizan la legislatura completa. Sánchez no puede negarles nada a los republicanos, que barajan, destajan, y reparten cartas a voluntad. Junqueras elige el menú, y su físico demuestra que está habituado a las lides gastronómicas. De hecho, los votos de más del PSC sobre Esquerra dificultan el regreso del tripartito, porque exteriorizan que el primero en la meta se somete al segundo.

En el pelotón de la basura, cuesta olvidar que el PP efectuó una división entre buenos y malos catalanes, refrendada desde la jefatura del Estado. Los pérfidos son irrecuperables, pero los impecables tampoco quieren ser redimidos por los populares. Al contrario, para sortear a los herederos de Bárcenas se decantaron por opciones estrambóticas como Ciudadanos en 2017, o se bifurcaron entre Vox y PSC el domingo. Sí, hay votantes de extrema derecha que antes apoyaron a los socialistas o incluso a Pujol. En fin, solo la izquierda puede gobernar Cataluña. Es otro éxito de Pablo Casado, que odiaría ser relevante en las provincias rebeldes.

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