La Conferencia virtual de este fin de semana de la CDU alemana elegirá al sucesor de la Canciller Merkel al frente del partido. Se enfrentan tres candidatos varones, del oeste del país, católicos y padres de tres hijos, a saber: Friedrich Merz, Armin Laschet y Norbert Röttgen.

Será el primer capítulo del fin de la dilatada «era Merkel» (con estación de llegada en las elecciones federales del 26 de septiembre próximo) en la política alemana y europea, caracterizada por la estabilidad y la previsibilidad, atributos especialmente valorados por el electorado alemán, quizás el menos aventurero de Europa. Ningún país demócrata occidental ha tenido jefes del ejecutivo tan duraderos como los Cancilleres Adenauer, Köhl y la propia Merkel.

Los 1.001 electores democristianos decidirán básicamente entre continuidad y un nuevo comienzo, entre seguir la línea centrista y consensual de Merkel (Laschet, Röttgen) o un regreso a las raíces más conservadoras y liberales de la CDU (Merz). En una coyuntura nacional e internacional presidida por la pandemia del coronavirus y la dimanante crisis económica y social, es posible que los electores se decanten por el candidato que ofrezca más seguridades y certidumbres.

Y desde tal perspectiva aumentarían las posibilidades de Armin Laschet, actual Presidente del Land Renania del Norte- Westfalia (el más poblado del país con sus 18 millones de habitantes), que ha esgrimido su experiencia de gobierno y su capacidad de coaligarse con los Verdes, segundo partido del espectro político alemán que será necesario para gobernar en Berlín (seguramente junto a los liberales del FPD). También Norbert Röttgen puede exhibir una meritoria hoja de servicios al pragmatismo desideologizado de Merkel desde su anterior cartera de Medio Ambiente y su actual puesto de Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag.

Por su lado, Friedrich Merz representa el viraje hacia el credo fundacional conservador y liberal de la CDU, que muchos de sus tradicionales votantes consideraron traicionado por las políticas migratorias, energéticas y laborales de Merkel, emigrando a las filas de «Alternative für Deutschland» (AfD).

En todo caso, el próximo líder de la CDU tendrá que negociar con su partido hermano bávaro CSU su candidato conjunto a la Cancillería federal. Y en ese trance puede emerger la figura de Markus Söder, líder de la CSU y Presidente del Land de Baviera, como firme aspirante, dado su buen cartel como político resolutivo y flexible a la vez. Tampoco cabria descartar la candidatura del joven y reformador Ministro de Salud Jens Spahn, en tándem en su caso con Laschet como líder de la CDU.

Sea como fuere, nada será lo mismo en Alemania ni en Europa tras Merkel, quien con mano segura, grandes dosis de pragmatismo y aversión al riesgo ha gestionado las crisis que han barrido el continente en los últimos años. En particular para España, el resultado de las elecciones del 26 de septiembre será crucial.