Vivimos unas fechas que pueden ser decisivas para la superación de las crisis provocadas por la pandemia. De momento se nos aplica la vacuna, mientras el virus sigue vivo y coleando con índices inquietantes de contagio . Y se han tomado medidas coercitivas. Unas afectan a nuestra movilidad: alejarnos unos de otros, cerrar espacios públicos, impedir encuentros masivos.Otras limitando los aforos : desde los sacrosantos ágapes familiares hasta alguna fiestecilla. Y otras aconsejándonos un autofinanciamiento. Una minoría (no sólo jóvenes), no aceptan las reglas de juego, ni su propia responsabilidad.
Ahora nos encontramos también ante situaciones que inciden en nuestros estados de ánimo y en nuestras formas y modelos de pensar, de actuar, de relacionarnos, y de estar con los demás, de disfrutar de los tiempos de ocio, etc. En este sentido, cada persona, familia, grupo social, país, etc., está desarrollando estrategias adaptativas de diverso tipo para intentar mantener determinados usos, costumbres y prácticas sociales y de ocio y, al mismo tiempo, evitar los riesgos de contagio. Se supone que, con prudencia, podemos ir recuperando las relaciones humanas y sociales, y a la vez ir reconquistando la actividad socioeconómica.
La pandemia no es sólo una enfermedad que se vence con una Vacuna. El Covid 19 ha afectado, y sigue afectando, a todo nuestra vida, incluyendo la convivencia. ¿Emprenderemos la recuperación de la crisis sanitaria y económica? ¿Lucharemos seriamente contra el cambio climático? ¿se reforzarán las fronteras y se beneficiarán los demagogos? De 2021 espero que sea el año del regreso a la normalidad, pero a una normalidad con consciencia colectiva renovada que permita avanzar en materia ambiental, en el clima…» (M. Resguant). Y que los fondos económicos de la UE destinados a la Recuperación socioeconómica se dediquen a transformar un modelo económico obsoleto.
Otra crisis potencial es la desigualdad. Durante 2020, los trabajadores con menos ingresos se han empobrecido, debido a los cierres forzados por los confinamientos en sectores como la restauración o el turismo y a la reducción de los salarios. Las personas con más ingresos, en cambio, han gastado menos y han ahorrado más. «Hay una brecha que ya existe y que no va a desaparecer en cuanto se venza la vacuna y se levanten las restricciones.
«La pandemia ha afectado a las relaciones políticas y a las instituciones. El papel de la política es básico para que se vuelva a recomponer la actividad economía y crear empleo después de la llegada de la vacuna» (M. Morgan).
El año 2021 puede ser (o no) el momento de decisiones sobre las relaciones internacionales, la economía, el medio ambiente, los valores democráticos…
Acabamos de inaugurar un Año Nuevo que sigue arrastrando los mismos problemas y los mismos retos que se deberán afrontar desde una realidad política distinta del clásico Juego de Tronos, alternando entre PP y PSOE. Las mayorías absolutas están finiquitadas y los gobiernos monocolor también. El Parlamento, donde reside la soberanía popular, tiene una composición plural; y el gobierno es de Coalición, formado por PSOE y UnidasPodemos (UP) apoyado por una mayoría parlamentaria plural y diversa, incluyendo partidos nacionalistas.
El climax político está enrarecido, y se la crispación como forma de desgaste. Los socialistas han pactado con Bildu (léase Etarras) y con independentistas El Presidente de Gobierno es un «irresponsable, incapaz y desleal que está cometiendo alta traición contra los intereses de nuestro país», además de «mentiroso compulsivo». La derecha española PP/vox (tanto monta, monta tanto) no han aceptado tales «nuevas» realidades calificando al gobierno PSOE/UP de sociocomunista e ilegítimo; calificativos que según P. Casado «no son descalificaciones, sino descripciones». A su vez han convertido al Parlamento español en un circo donde impera la bronca, el insulto y la descalificación, que tiene su proyección en las redes sociales. Asu vez el bloqueo institucional de los populares Impide la renovación de organismos básicos tales como la renovación de CGPJ, de RTVE, del Defensor del Pueblo…
Mientras el Gobierno consigue la aprobación del Presupuesto 2021 que le pemitirá desarrollar y aplicar políticas propias de la coalición. El Congreso de Diputados y el Senado, están activos más allá dela bronca, han aprobado La Ley de Educación, la Eutanasia, políticas activas de empleo… A corto plazo deberán afrontar las pensiones, el salario mínimo, la Reforma Laboral, la Reforma Fiscal…En cualquier caso es necesario garantizar la gobernabilidad y la estabilidad, para ello es necesario pulir ciertas diferencias entre socialistas y podemitas. Lógico es que se den, no en vano se trata de dos partidos con personalidad propia. Lo que no se puede permitir es que tales diferencias se «expliciten públicamente», tal como ha ocurrió hace escasas fechas.
Visto lo visto no resulta extraño que la ciudadanía, aunque no los metan en el mismo saco, considere que la clase política es el tercer problema, después del paro y la precariedad.
