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Antonio Tarabini

Entrebancs | La gestión política en tiempo de crisis (I)

Congreso de los Diputados. EFE

La gestión política nunca es fácil, pero en tiempo de crisis peor. ¿A qué crisis me refiero? Concretamente a la provocada por el covid-19 en forma de epidemia que nos sobrepasa por la potencia, amplitud y complejidad de sus múltiples consecuencias: sanitarias, políticas, económicas, sociales y culturales. Estas líneas se refieren al marco español, que nos guste o no, afecta también a nuestra Comunidad, dejando para otra colaboración la gestión política referida a Balears, también en tiempo de crisis.

Cuando surgió la pandemia se suponía que, aunque lentamente, iría adaptándose a la denominada “Nueva Normalidad” (?). Pero no fue así. La pandemia, además de sus efectos sanitarios, ha afectado directamente a la raíces de nuestra actividad económica, el turismo y sus entornos. Puede que los efectos sanitarios se amortigüen con la vacuna pero las consecuencias sociales y económicas siguen vivas y coleando. “Y también ha dejado al descubierto fragilidades sociales : salubridad de las viviendas y escasez de espacio de uso público en los barrios pobres; vivienda asequible; emancipación de jóvenes que han vuelto al hogar de sus padres por no poder pagar un alquiler; incapacidad de las parejas jóvenes, especialmente las madres, para trabajar por no existir una enseñanza preescolar universal; dificultades para costear el transporte a los lugares de trabajo; nuevas formas de pobreza y aumento de los sin techo; necesidad de recolocar a los trabajadores que han perdido el empleo por la pandemia o por la robotización y la digitalización de las empresas” (Antón Costas).

Y para más inri tal gestión pública (gobierno y oposición) debe hacerse desde una “nueva” realidad política: las mayorías absolutas y el bipartidismo han dejado de existir y los gobiernos monocolor también. El mapa político español, autonómico y municipal, ha cambiado con la presencia de dos nuevas formaciones políticas : Ciudadanos (Cs) en la derecha, UnidasPodemos (UP) en la izquierda. Con una novedosa mayoría parlamentaria, formada por PSOE, UP, los partidos soberanistas vascos y catalanes, y otras minorías. La pluralidad puede dificultar (o, no) la gestión del Parlamento, cuya principal función es legislar. Todos y todas deberán activar su capacidad de escuchar, dialogar, debatir, pactar… A su vez tal mayoría ha posibilitado, siendo los socialistas los más votados, un gobierno de coalición formado por PSOE y UP.

La derecha (PP, Cs y Vox) no ha aceptado ni la nueva mayoría, ni el consiguiente gobierno de coalición. Las consecuencias son, entre otras, convertir al Parlamento y a otras Instituciones en un espectáculo bochornoso donde impera la bronca, las descalificaciones, los insultos (…) practicados por la bancada de la oposición, liderados por Vox. A su vez el gobierno es calificado de “ilegítimo” y “sociocomunista” , apoyado por separatistas, terroristas…. Vivimos y convivimos en una sociedad polarizada. O blanco o negro, no hay matices. Tal ambiente pretenden transferirlo a la ciudadanía a través de mensajes simples. Algunos medios y las redes se han convertido en altavoces de la radicalización y los populismos. Como resultado, parte de la ciudadanía cae en el desconcierto, la perplejidad, en el cabreo, en todos los políticos son iguales…

El éxito de Sánchez es indiscutible, a pesar de las facturas a pagar, porque, en el peor de los casos, prorrogaría estos presupuestos del año 21 al 22 y el 23 convocaría elecciones. Otra cosa son los costes políticos colaterales, por ejemplo la sobreactuación de Iglesias en el escenario político que ocupa y preocupa.

De momento P. Sánchez ha hecho frente a dos retos básicos. El primero lo ha ganado: la aprobación de los Presupuestos, pieza básica para gobernar. Lo que en principio le permitirá una acción de gobierno estable, aunque con ciertas dosis de inestabilidad típica de los gobiernos de coalición. El segundo reto es afrontar las múltiples y complejas asignaturas pendientes que exigen reformas profundas (reforma laboral, las pensiones, la fiscalidad…) en el marco de la Reconstrucción de nuestra economía. De momento, como realidad positiva, los agentes sociales (patronales y sindicatos) han dado muestras de una elevada voluntad y capacidad de dialogo.

Es necesario y urgente afrontar seriamente el uso de los Fondos europeos de Reconstrucción para construir, mediante reformas profundas, una economía social sostenida y sostenible. El placet ya está vigente. Se trata 140.000 millones de euros asignados a España. Lo importante es diseñar unos proyectos claros en sus objetivos y sus propuestas. No podemos limitarnos a repartir “millones” a las autonomías para cubrir “sus” proyectos. Desde mi perspectivas es necesario definir proyectos transversales, con participación mixta publica/privada lo que no impide diseñar proyectos a menor escala.

Sin olvidar afrontar la crisis política en Catalunya, especialmente después del 14 de febrero, jornada electoral ( si no deciden retrasarla).

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