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JOrge Dezcallar

La espada de Damocles

La espada de Damocles

Es la que pende hoy domingo sobre el futuro de las relaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido, porque el Acuerdo de Transición finaliza el próximo 31 de diciembre y seguimos sin lograr un entendimiento que evite un Brexit por las malas, que sería mucho peor que una salida por las buenas. A los británicos nunca les gustó integrarse en lo que llaman “el continente” y la serie humorística “Yes, minister” explicaba que lo hicieron para asegurarse de que el invento no funcionaría. Algo de razón tenía.

Lo nuestro ha sido un matrimonio de conveniencia aunque haya durado 47 años, y por eso Juncker dijo que difícilmente podríamos llegar a un divorcio amistoso cuando nunca hemos tenido una verdadera historia de amor. Con el Brexit han triunfado las mentiras, la nostalgia imperial sobre la realidad prosaica, y el nacionalismo sobre el cosmopolitismo. Como los británicos han rechazado ser cabeza de león en Europa, mucho me temo que con suerte podrán ser cola de ratón con el primo americano, si es que el país no desemboca en una crisis constitucional con Escocia e Irlanda del Norte, firmes partidarias de quedarse en la UE.

Con el Brexit todos perdemos, y si hoy no hay acuerdo aún perderemos más, aunque el Reino Unido salga peor parado porque ya no tiene imperio (aunque muchos británicos no se hayan enterado) y porque en el mundo globalizado uno no puede quedarse solo y a la deriva en el Atlántico, donde hay tempestades fuertes y hace mucho frío, sin que sirva de consuelo pensar que ellos pierden más y que sean ellos los que rompen acuerdos firmados y no nosotros.

Cuatro son los temas aún en discusión:

1. Normas: No queremos que Londres aplique reglas diferentes en materia fiscal, laboral, subvenciones, protección social, medioambiental etc. porque es la forma de asegurarnos una competencia leal. Nos preocupa que el Reino Unido se quiera convertir en un paraíso fiscal como Singapur o Gibraltar, que tienen un impuesto de sociedades del 17% y del 10% respectivamente.

Nos haría mucho daño algo similar al otro lado del Canal de La Mancha… y sin embargo es a lo que los británicos pueden estar apuntando cuando hablan de un futuro con aranceles y sin reglas comunes de funcionamiento.

2. Pesca: Supone el 0,1 del PIB británico y el 15% de las capturas totales de la UE pero Londres lo ha convertido en un intratable símbolo de soberanía. Europa quiere «acceso continuado y recíproco a aguas y mercados con cuotas estables» y Londres reclama «negociaciones anuales» (como con Noruega) “que garanticen que las zonas británicas de pesca sean en primer lugar y sobre todo para los buques británicos”.

3. Según la Declaración Política de separación, el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) será el que interprete nuestras controversias con la ley europea en la mano, pero Johnson dice que no aceptará «ninguna jurisdicción del TJUE sobre las leyes británicas». Precisamente la «recuperación de soberanía» y el tema migratorio fueron las cuestiones que más votos llevaron al molino del Brexit.

4. La frontera marítima con Irlanda del Norte firmada el pasado enero y que Boris Johnson luego ha rechazado, aunque al final se ha echado para atrás “si hay acuerdo”. Es un nudo gordiano porque es imposible estar a la vez dentro y fuera de Europa.

España añade el problema de Gibraltar aunque tenemos el compromiso formal de que «el Reino de España... deberá dar su conformidad a todo acuerdo específico sobre Gibraltar» (Barnier), y que así lo reiteren las directrices de negociación aprobadas por Bruselas. Pero si no hay acuerdo la frontera será inevitable.

Tras el fracaso de las últimas negociaciones técnicas Úrsula Von der Leyen y Boris Johnson intentaron un desbloqueo político el pasado jueves. No tuvieron éxito y por eso hoy domingo termina el plazo para lograr un acuerdo que evite in extremis un Brexit a las bravas el próximo 31 de diciembre, algo que sería muy malo para todos, especialmente en los sectores de turismo, aviación,transportes y pesca. Y como ocurre con la pandemia, una vez más España será de los países más perjudicados. Últimamente no ganamos para disgustos.

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