Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Bernat Jofre

Sexo sin límites

Flaco favor se le hace a la inteligencia humana asociando la belleza de la Lolita de turno con la calidad de un producto

Sexo sin límites

No sé si se han fijado en la sexualización que vive nuestra sociedad, pero Navidad tras Navidad se hace más evidente. Más acuciante. Casi diría que más censurable. Ya no se trata de constatar un aumento significativo de bellezas femeninas anunciando un coche, muchas de ellas en ropa ligera. Como si las prestaciones se transmitieran por el expuesto centímetro cuadrado epidérmico de más que se pueda mostrar en el “spot” publicitario. Que también: flaco favor se le hace a la inteligencia humana asociando la belleza de la Lolita de turno con la calidad de un producto.

Pero es que ahora el sexo ha llegado a la parrilla infantil. No aisladamente, sino en sesión continua: desde el fenómeno del “reggaetón” hasta los anuncios de juguetes por estas fechas. Pasando por las teóricamente infantiles series de importación americanas. Debe puntualizarse el origen: hay una gran diferencia entre las europeas - y mayormente las francesas, didácticas, cultas y bien estructuradas - y las que provienen allende del Atlántico. Desgraciadamente, la calidad de muchas de las últimas podrían estar en series “B”. Así como las letras de Maluma. Las mismas que se oyen en nuestras escuelas. ​Por temática, vocabulario y contenido - absolutamente sexista y mayormente contra la igualdad de género - es bastante preocupante que en España se esté desarrollando un universal de calidad ciudadana de muy bajo calibre.

Cuando pedimos a nuestros hijos que celebren el 25 de noviembre y todo lo que conlleva en cuanto a lucha de derechos de la mujer, lo primero que deberíamos preguntarnos es si nosotros como colectivo les facilitamos la tarea con nuestro comportamiento. Y la verdad, nos estamos empobreciendo a pasos agigantados permitiendo según qué actitudes. Aunque sean en pro de la libertad de expresión y creatividad. Pero todo tiene un límite. Máxime cuando ésta puede atentar contra el frágil sistema neuronal de un preadolescente. Obviamente este escribano no quiere entrar en un discurso racista, pues como norma general, los anuncios de TV no los planean tostados inmigrantes, sino más bien ejecutivos de apariencia caucásica. Sin ir más lejos, recordar que quien decidió que la bella ​Serena Vergano se aupara al caballo blanco de una conocida marca de brandy fue el inigualable ​Leopold Pomés. Por tanto, el problema de la cosificación del sexo e hipersexualización de la sociedad es más global que otra cosa.

Estamos ante una cuestión que hace demasiado tiempo que dura. Y que -aparentemente - no se le encuentra o se le quiere encontrar una solución. No estaría de más un debate sosegado y profundo sobre ello. Y - sin hacerlos en absoluto responsables de la situación en que vivimos - sobre la capacidad de integración de determinados colectivos en nuestro seno. Pues su ausencia - o no - ha podido involuntariamente conllevar a la permisividad con ciertos comportamientos, insólitos hasta ahora por estos lares.

Compartir el artículo

stats