Parece ser que según la consellera socialista y portavoz del Govern, Pilar Costa, sostuvo que el doble recortazo efectuado, a más de 38.000 familias de funcionarios de los servicios públicos, que garantizan con su buen quehacer el llamado «estado del bienestar», realizado, para más inri, con premeditación y escenificado a modo de paripé seudonegociador por Función Pública era una simple y benigna congelación. Yerra voluntariamente en el concepto, su gabinete de prensa, que quiere imponer su relato. Bien estamos acostumbrados a que las palabras de los políticos confundan más que aclaren, porque de entrada de congelación nada de nada. Recorte puro, duro y doble. Primer mantra derribado: los recortes no son de izquierdas ni de derechas. Comparten incluso la metodología.

Aunque este Govern es más sofisticado, aumenta el 2%, firmado en 2018, por las centrales sindicales en Madrid y en un ejercicio de funambulismo limítrofe con el trilerismo, lo compensa, en la misma proporción con la absorción de complementos autonómicos, formula que nunca antes se había utilizado. Además, lo hace en agosto, lo que condiciono la respuesta sindical. En aquella lejana mesa donde este Govern inició su singladura recortadora de los derechos de 38.000 funcionarios, todos los sindicatos le dijimos: OK, no me lo pagues ahora, pero negociemos el cronograma para reprogramación y la calendarización de la deuda. No lo aceptaron, al día siguiente fue al Consell de Govern y al otro fue publicado en el BOIB. Segundo mito derribado: un gobierno progresista no respeta la negociación colectiva. Una cosa es predicar y otra dar trigo.

Pero prosigue la escalada y el furor recortador de este Govern que se autoetiqueta de progresista y al primer recorte del 2% se suma el 0,9 % de subida para el 2021. Sino quieres taza, taza y media. La ausencia de respuesta sindical inicial, la interpretaron como una debilidad y no como un ejercicio de responsabilidad de los sindicatos, ante el contexto socio económico y ahora, se atreven a este injusto doble recortazo en el año del presupuesto más expansivo de la comunidad. El próximo recorte: la carrera profesional. Por supuesto sin negociación de ningún tipo. Y así es como este Govern ha fabricado conflicto. Y en esta estamos.

La portavoz argumentó el doble recortazo, que solo lo aplica Balears y exclusivamente en la administración autonómica, en la dificultad del momento social y económico actual con empresas afrontando ERTE, despedidos y con muchas dificultades para mantener sus plantillas y mantener el empleo. Estuvimos y estamos de acuerdo, por eso renunciamos a cobrarlo ahora. Pero, convengamos que ella no es precisamente la más idónea para anunciarlo, ya entre pitos y flautas, léase entre sueldo, plus de residencia y dietas de la Autoridad Portuaria ronda los 90.000 euros al año. Para verlo mejor, mientras ella cobra 88.000 euros en una legislatura, en concepto de indemnización de residencia, un médico de Eivissa cobra 4.400 euros. Es ella la que no ha perdido poder adquisitivo. Y luego se extrañan de que no vayan médicos a trabajar en Eivissa. Por supuesto soslayare las necesidades y a quien valoran más los ciudadanos. Tercera conclusión: este Govern, no consume realidad, ya que demuestra un déficit importante de ejemplaridad, ya que no se aplican la receta que nos imponen a los funcionarios. Proyecta sobre nosotros lo que ellos no hacen. Si hay que pagar a los profesionales que hay que contratar todos debemos de ser solidarios, incluidos ustedes. No solo debe de recaer en los salarios de los funcionarios. Por cierto, me gustaría saber más detalles de los 250 médicos que han contratado.

Pero lo que más ha indignado a los 38.000 funcionarios, a los más de 17.000 trabajadores sanitarios y sobre todo a los más de 3.000 médicos del Ib-Salut –que es el ámbito que yo más conozco–, claves en el sostenimiento del estado del bienestar, es que diversos cargos del PSIB, manifiesten que somos insolidarios con los ciudadanos y que nos estigmaticen, una vez más, a todos los funcionarios. Nosotros no somos unos privilegiados, somos trabajadores que tienen derechos y le exigimos al Govern que nos respete. No toleraremos su trato indigno. Que con la que está cayendo nos tachen, de irresponsables y de insolidarios a los sanitarios que nos enfrentamos a la pandemia sin equipos de protección, que tenemos recortada la paga extra en un 43% desde el 2010, que estamos realizando un gran sobresfuerzo ya que no se sustituyen los médicos que están cuarentena, que se está trabajando a destajo en la atención primaria, a los maestros que están dando muestras de una gran capacidad de adaptación en este estresante inicio de curso o a los desbordados funcionarios de servicios centrales, es una falacia manipuladora y perversa que solo quiere crear conflictos y encontronazos con los ciudadanos a los que servimos. Y este relato maniqueo, falso, polarizador, trufado de verdad posmoderna y semiparanoide no lo vamos a comprar ni lo vamos a tolerar, por muy amplificado mediáticamente que esté y por muy recurrente que sea. Cuidado con provocar un estallido emocional del colectivo sanitario. No añadan leña al fuego porque estamos al límite. Respétennos y respétense. No generen más malententidos sociales. Sean coherentes con su ideología de la que tanto presumen y negocien. Ah, y tengan coraje para exigir la deuda sanitaria histórica de 2.800 millones que Sánchez tiene contraída con todos los baleáricos. Esperemos que el resto de los partidos del Parlament se unan en una enmienda que pare y reconduzca este injusto doble recortazo. Veremos quien se retrata. Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.