El sondeo publicado ayer por el CIS, sobre Efectos y consecuencias del coronavirus (I), equivale a realizar una encuesta entre el público que abandona la sala donde se proyecta una película de terror. O más exactamente, a plantear el cuestionario durante la proyección. Si los números pudieran temblar. La primera conclusión establece que los españoles atesoran un elevado concepto de sí mismos. La mitad de estos cobayas «ayudó a una o varias personas que no viven en su domicilio». En cambio, solo uno de cada seis «recibió ayuda». Un porcentaje mínimo de asistidos se vieron abrumados por un ejército de asistentes voluntarios.
