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Carmen Pérez Novo

El atractivo fast-food

¿Están de acuerdo conmigo en que, en líneas generales, estamos comiendo demasiado? ¿Y que lo estamos haciendo mal, francamente mal? ¿Y qué podemos decir del abuso de los alimentos semipreparados, por supuesto, más económicos, sabrosos y especiados, pero con un alto contenido de grasas saturadas? Sí, señoras y señores, el apetitoso y atractivo fast-food, cómodo y agradable. Qué duda cabe que un día es un día, y tomar este tipo de alimentos muy de cuando en cuando no tiene por qué perjudicar la salud. Otra cosa muy distinta es hacerlo de forma habitual.

Por eso hay una serie de características muy importantes que, según los expertos, deberíamos tener en cuenta: 1. Procurar elegir aquellos productos que tengan los ingredientes más simples y visibles. 2. Cuando se trata de ensaladas, preferible escogerlas sin aderezar y, personalmente, hacerlo con aceite de oliva. Tampoco abusar de la mayonesa, mostaza, ketchups y similares. 3. Si tiene problemas con el colesterol, se puede comer bocadillos de embutido de pavo o de queso fresco. 4. Evitar las maxihamburguesas. Una porción de carne de como máximo 120 gramos para un adulto es más que suficiente. 5. En cuanto a los postres, precaución. Sin ir más lejos, los helados de yogur, por ejemplo, en general aportan una gran cantidad de grasas. Lo ideal sería recurrir al clásico zumo de naranja. 6. Y algo muy importante, comer despacio y masticar bien los alimentos. No engullirlos. Lo cierto es que comprar este tipo de alimentos o ir a un fastfood no es forzosamente malo, sobre todo si se elige con un poco de sentido común. Además, alimentarse bien es cuestión de costumbre. Si te propones durante un tiempo llevar a cabo una alimentación sana, rica en verduras, legumbres, fruta, pescado, con baja ingesta de azúcares y equilibrada, acabará convirtiéndose en un hábito. Y, si a la vez, evitamos, por todos los medios, los períodos de grandes atracones de comida, seguidos por otros de dietas muy restrictivas y desequilibradas, e incrementamos la actividad física con pautas de acuerdo a la edad, nuestro cuerpo dará saltos de alegría.

En caso contrario, gústenos o no, irremediablemente, tendremos que pagar las consecuencias del exceso de nutrición y grasa, que nos está convirtiendo en seres cada vez más gordos, mal alimentados y, por si fuera poco, como ya es de sobra conocido, con predisposición a padecer un sinfín de enfermedades.

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