Esta pregunta que tanto nos repetimos. A los estudiantes nos espera un año complicado teniendo en cuenta la presencialidad, entender lo que es la asincronía, hacer clases desde casa, tener más de una reunión seguida sin un momento de respiro y que esperen que somos los maestros de la tecnología que nunca hemos sido. Si quitamos de esta conversación a los profesores, que tienen los mismos problemas, o más, porque ellos necesitan aprender para poder trabajar de esto, nos espera un año muy duro. 

Pero si esto ya es una locura, imagínate tener que hacerlo mientras no vives en tu casa. Muchos tenemos que trabajar mientras tanto porque nos está afectando la crisis de forma directa o tenemos que no parar de buscar trabajos con horarios a los que no podremos llegar. Además, el planteamiento que muchos se han hecho es: «¿Qué pasa si decido hacer el curso desde casa?». Obviamente, no hablamos de una ciudad a otra, que puede ser posible –y aun así, un problema–, hablo de la gente que tiene que coger avión o trenes de larga distancia. ¿Me quedo en Mallorca o voy a Barcelona? ¿Quién no se ha preguntado eso? 

Hay universidades que se adaptan lo máximo posible pero, como siempre, los que salimos perdiendo somos la clase trabajadora, la que está sufriendo la crisis de forma real. ¿Se están convirtiendo las universidades cada vez en un sitio más adaptado para la clase burguesa que es la que puede seguir yendo? Sí, y no solo por el coste de la universidad, por el coste de vivir, de transporte y un largo etcétera que sigue afectando y no va a mejor. La gente de la clase trabajadora quiere seguir yendo a estudiar, no nos quitéis también eso. ¿Superaremos esto o llegará antes la próxima crisis? Eso sí que no dejo de preguntármelo.