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Carmen Pérez Novo

Desórdenes gestacionales

Consejos para atemperar los cambios de humor y altibajos de las embarazadas

Existen días en los que todo lo vemos claro, maravilloso y de un resplandeciente color rosa, y otros en los que, sin embargo y sin razón alguna, nos sentimos muy tristes y vulnerables. Yo creo que, en este punto, la mayoría de las personas estamos de acuerdo. De hecho, todas estas situaciones son muy comunes en cualquier ser humano. Ahora bien, en las embarazadas, la inestabilidad emocional y un sinfín de sentimientos contradictorios, son mucho más usuales. Por eso, es fácil que las gestantes pasen de la euforia a la depresión en cuestión de minutos, o que el detalle que nos parece más insignificante pueda sumirlas en un mar de lágrimas, en tan solo unos segundos.

Estos cambios de humor y altibajos en el comportamiento, en cierta medida, son normales y se deben a los disturbios hormonales que se producen desde el mismo momento de la fecundación. Pero, por otra parte, debemos tener muy presente que existen otras cuestiones relacionadas con los cambios que comporta la actual situación: la gran responsabilidad que ello supone, inseguridad ante la salud del pequeño que va a nacer, modificaciones de los hábitos de vida, nuevas preocupaciones económicas, temor al parto... Estas y otras tantas son las causas, si tenemos en cuenta que, durante estos nueve meses, hay transformaciones importantes en el cuerpo femenino, pero, sin olvidar, que la percepción del mundo y de la vida es totalmente distinta. Posiblemente, si la mujer fuera consciente de todo esto y llevara a cabo una vida normal –cuidando la alimentación, que debe ser muy variada y equilibrada, y dedicando el tiempo libre al ejercicio físico y aficiones personales–, si disfrutara a tope de su pareja –que también vive una etapa de cambios y tiene miedo aunque se haga el valiente y no lo diga–, qué duda cabe que estaría en el camino adecuado, sintiéndose mucho más cómoda y segura.

Porque, indudablemente, una de las etapas más emotivas en la vida de cualquier mujer son estos nueve meses de embarazo, durante los cuales –si es plenamente consciente de lo que está sucediendo en su cuerpo– la comunicación con su pequeño es total y plena. Y no digamos si estas sensaciones las comparte con su compañero; entonces, su vida en común se verá plenamente reforzada y enriquecida, teniendo, ambos, la oportunidad de vivir una de las épocas más emotivas y excitantes de su vida en común.

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