El escándalo sobre las menores tuteladas por el Consell de Mallorca explotadas sexualmente sigue creciendo por momentos. Cuanto más quiere esconder el Pacte más se sabe y cuanto más sabemos más escandalizados estamos; todo ello, no lo olvidemos en ningún momento, con ya más de 16 casos de adolescentes agredidas sexualmente. No asumir ningún tipo de responsabilidad ni política ni técnica resulta vergonzoso y el haber tardado diecisiete meses en denunciar a la Fiscalía sospechas de explotación sexual es, cuanto menos, alarmante; más cuando el tiempo establecido en el protocolo es de 24 horas. Si alguna de las ‘mentes pensantes’ del desbordado grupo de asesores de la socialista Catalina Cladera tuviera algo de sensatez, le habría dicho que tenía que aceptar nuestra propuesta de investigar lo sucedido. Si la presidenta fuera competente habría cesado ya a Javier de Juan, presidente del Institut Mallorquí d’ Afers Socials (IMAS) y si alguien del Pacte tuviera dos de frente se habría enfrentado ya a la que dicen será la sucesora de Armengol por intentar tapar lo intapable. Cladera ha preferido desgastar institucionalmente a todo el Consell de Mallorca, profesionalmente a todo el IMAS y la imagen de la experta contratada para elaborar un informe generalista -que tanto se podía presentar en Mallorca como en la Conchinchina-, Noemí Pereda. Del caso concreto de la explotación sexual de menores tuteladas ninguna conclusión, ninguna aclaración de lo sucedido; sólo que es únicamente mediante una comisión de investigación que se puede determinar lo terriblemente acontecido. Entonces, ¿diez meses para qué? Entonces si el informe del supuesto Comité de Expertos estaba hecho hace un mes medio, ¿por qué no lo han presentado antes? Entonces esconden, entonces callan, entonces manipulan. Desde el Partido Popular seguimos sin descartar absolutamente nada al respecto; vamos a hacer y a llegar donde haga falta para que quien haya permitido que a estas menores se les haya hecho daño asuma su responsabilidad. Tanto dolor no va a quedar en balde. No puede quedar así. Se equivocan gravemente los que pensaban que con conclusiones generales y con declaraciones de intenciones se daría todo por zanjado. Que nadie tenga la más mínima duda de que, pese a ser ya muy tarde, este escándalo será investigado por el bien de todos, por el interés general.

Y por supuesto, no vamos a consentir que ni la presidenta Cladera, ni su missus, Javier De Juan, sigan amenazando a trabajadores, a sindicatos, a funcionariado y a su avalancha de cargos de confianza con lo de «es mucho lo que nos jugamos».