En el periodo de confinamiento regulado por el decreto de alarma, la sociedad reconoció de manera unánime la labor de los llamados trabajadores esenciales: profesionales sanitarios, fuerzas de seguridad y otros muchos colectivos (repartidores, empleados de supermercados, profesionales de la limpieza y personal de empresas funerarias y tanatorios), que continuaron desarrollando un trabajo fundamental por el bien comunitario en unas circunstancias especialmente complicadas.

En el momento en el que nos encontramos ahora, también de incertidumbre ante lo que se considera ya como segunda ola de propagación del Covid-19, desde el Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears (COPIB) consideramos importante reconocer públicamente el trabajo esencial que realiza el colectivo de docentes de las Illes Balears y poner en valor su esfuerzo e implicación para que nuestros menores, adolescentes y jóvenes hayan podido regresar a las aulas.

Durante el último mes, hemos puesto el foco de atención en el mundo educativo ante el inicio de un curso escolar excepcional y atípico, mirando con comprensible desconfianza y recelo todo lo que afecta a un elemento tan apreciado y tan sensible como es la salud de nuestros hijos e hijas, física, psicológica y social. Sin embargo, como sociedad nos ha faltado empatizar con las emociones y los sentimientos que están experimentando los profesionales de la educación con su ‘nueva realidad’.

Por una parte, la tarea que desarrollan maestros/as y profesores/as, ya de por sí compleja, se ha visto alterada profundamente frente a unas nuevas circunstancias complejas, de incertidumbre, y de imprevistos y cambios constantes. Por otra parte, a las condiciones de estrés que pueden suponer estas variables, se suma una presión adicional muy importante: el personal docente ya no es sólo el responsable educativo de nuestros niños y niñas, sino que también se ha depositado en él la responsabilidad de garantizar su seguridad.

En ese contexto y ‘tirando de vocación’, los equipos directivos y el profesorado han hecho un sobresfuerzo para que el inicio de curso fuera el mejor posible en las actuales circunstancias y con los recursos de los que disponían: adaptando espacios, organizando horarios, preparando protocolos y asumiendo funciones y trabajos extraordinarios con el objetivo de dar respuesta a las necesidades educativas del alumnado y conseguir que el proceso de enseñanza y aprendizaje pueda ser efectivo en condiciones emocionalmente difíciles para ellos y también para los estudiantes.

La comunidad educativa está sometida a día de hoy a una presión importante para afrontar, tal como sucede en otros colectivos, una reincorporación a sus puestos de trabajo con un desgaste previo importante y con una situación de crisis sanitaria continua, que obliga a una adaptación permanente a cada nueva directriz que las autoridades sanitarias exigen y a requerimientos sobre cómo llevar a cabo la labor docente, con modificaciones y gestión de los procesos de enseñanza sobre parámetros no habituales.

Desde el COPIB queremos reconocer todo ese esfuerzo y visibilizar ante el conjunto de la sociedad la importante labor que están realizando los/as maestros/as y profesores/as en todos nuestros centros educativos. Asimismo, queremos trasladar a todo el colectivo de profesionales de la educación un mensaje de apoyo y de ánimo para que continúen adelante con su excelente labor.

Hace escasos meses, salimos a los balcones a aplaudir a los profesionales de la sanidad y de otros servicios esenciales, que a día de hoy siguen haciendo una labor importante. En estos momentos, también es necesario aplaudir y apoyar al profesorado, porque su trabajo también es esencial para el momento actual y el futuro de nuestra sociedad.

*Decano del Colegi de Psicòlegs de les Illes Balears