Qué noticias maravillosas nos tapa la pandemia. En marzo, escasos días antes de decretarse el Estado de Alarma, se anunció la curación de un paciente con sida. Y hace dos días pudimos escuchar una onda gravitacional de una décima de segundo que se generó hace 7.000 millones de años cuando se fusionaron dos agujeros negros. Solo escribir esta frase ya es para estremecerse. Después nos enteramos de que este fenómeno trastoca lo que se creía saber hasta ahora sobre física estelar. La captación de las ondas gravitacionales nos abrió una nueva puerta al universo en 2016 y este nuevo descubrimiento nos trae nuevos puntos de vista para estudiar el cosmos y su origen. Nuestro origen.
Un descubrimiento hace especial ilusión cuando alguien cercano ha estado involucrado. Y que la Universitat, a través del grupo GRAVITY (con Alícia Sintes y Sascha Husa al frente) haya contribuido de nuevo a revolucionar la historia de la física es una gran noticia para Balears, que por desgracia en general no suele acaparar muchos titulares por logros científicos (por más que tengamos auténticos héroes investigadores, mártires de la ciencia en una comunidad de monocultivo turístico). No estamos para muchas celebraciones y hay muchas prioridades, pero Sintes y su equipo nos han vuelto a dar un motivo de alegría, aunque nadie desde el Govern, ni siquiera desde el departamento de la Secretaria Autonómica de Universidad, Investigación y Política Lingüística (ocupa el cargo Agustina Vilaret, igual no la conocen), haya tenido a bien ni hacer un comentario público sobre el tema. Aunque el grupo GRAVITY hace años que nos deslumbra, no hay que dar sus logros por sentado. A los héroes, hay que mimarlos: debería ser con recursos (seguimos esperando el Plan de Ciencia, que no sabemos en qué quedara con el erial presupuestario que nos espera), pero si los recursos no llegan que al menos haya gestos y palabras de reconocimiento, que son gratis.
Al descalabrarse el turismo, el debate sobre el cambio de modelo cobra fuerza y cierta sensación de urgencia. La pasada legislatura el I+D+i estaba en letras mayúsculas en el rótulo de la conselleria de Innovación, Investigación y Turismo. En esta legislatura tenemos una conselleria de Modelo Económico (y Turismo y Trabajo), pero el I+D+i ya no entra en ese paraguas, como si se descartara del todo como vía complementaria (no digo sustitoria) al turismo .
Ahora la ciencia está en boca de todos y todo el mundo entiende el valor de la investigación en este caso. Ojalá se extienda esa concienciación más allá del campo biosanitario y nos creamos de verdad la importancia de probar, innovar, descubrir. Y avanzar.
