Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Hoja de calendario

Pedro Villalar

Septiembre

Todos recordamos con angustia retrospectiva aquellos días de marzo en que la pandemia había llegado a su mayor virulencia, las camas hospitalarias públicas estaban saturadas, faltaban UCI y respiradores, había escasez de personal sanitario, se iba descubriendo la gran tragedia que estaba teniendo lugar en las residencias de mayores, no había reservas de material sanitario ni era posible encontrarlo en los mercados internacionales, quedaba claro que ningún país occidental estaba preparado para una plaga bíblica como aquella y que sólo resistían a trancas y barrancas los más avanzados tecnológicamente como Alemania€

Era de suponer que aquella ingrata experiencia, que ha costado unas 30.000 vidas y muchas más tragedias de toda índole, al margen de una recesión económica global sin precedentes, serviría al menos para alertar a todos de las insuficiencias y pondría en marcha todas las acciones necesarias para repararlas. Pero no parece que estemos en esta coyuntura. Por ahora, se encuentran mascarillas en las farmacias y supermercados y no escasea el material de protección de los sanitarios en sus puestos de trabajo€ Pero ni se ha reforzado la sanidad primaria, ni se ha incorporado al sistema un número suficiente de rastreadores -que son indispensables para seguir las cadenas de contagio y aislarlas-, ni se ha hecho un cálculo global de las UCI realmente necesarias, ni de las camas hospitalarias que se requieren realmente, ni de las plantillas que hacen falta en la sanidad pública para que deje de estar desabastecida.

Con unos cuantos rebrotes del coronavirus, vuelve a hablarse de saturación. "La saturación de los centros de salud complica los rastreos de nuevas infecciones", decía ayer un titular de un gran periódico. Y la pregunta es obvia: ¿qué pasará si la Covid-19 regresa en septiembre, como prevén algunos, con el mismo ímpetu que la otra vez?

Compartir el artículo

stats