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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

Identificación e identidad

El Documento Nacional de Identidad debería llamarse Documento Nacional de Identificar. Su misión no es contener la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás (la identidad) sino datos que permitan a alguien reconocer si es quien se supone o se busca (identificar). "Identifíquese" o "DNI" es saludo de policía, el cuerpo cuya primera competencia fue la identificación. Las nuevas tecnologías permiten identificar por las huellas dactilares, la mano, el iris, la retina, la oreja, la voz, las venas, la dentadura, el ADN€, pero el viejo carné, que asigna número y letra a cada sujeto o sujeta, pide datos de contraste anteriores a la informática.

Aunque muchas personas no se identifican con sus padres (a veces, ni genéticamente), su lugar de nacimiento (en tantas ocasiones, azaroso), su edad (no encaja con la que sienten), su propio país (por empeños del nacionalismo), su aspecto (por inseguridades) o con la foto de aquel día (porque no se reconoce); aunque mucha gente cambia el rostro hasta con cirugía; el nombre y los apellidos, en el registro civil; la dirección, en las mudanzas; la firma, a voluntad, y la nacionalidad por amor, odio o conveniencia, el tropiezo contemporáneo ha venido con el sexo. En 2025 el carné de identificar de Holanda dejará de marcar el sexo para que quien no se sienta "de modo inequívoco hombre o mujer" pueda desarrollar "su propia identidad en libertad". Bueno. El DNI franquista, que llegó a especificar el empleo o cargo, el rango social, el estado civil y el grupo sanguíneo, no tuvo casilla del sexo en un modelo.

La identidad se ha vuelto tan importante en el siglo XXI que no cabe en una tarjeta de plástico hecha con criterios del XX para quienes aspiran a identificarse con lo que le dice su DNI a la policía.

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