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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

La nueva normalidad (1): Reactivación económica

Se intuye un otoño y un invierno de baja actividad, con la posibilidad de un notable cierre empresarial con la consiguiente repercusión en la ocupación laboral

El finiquitado mes de junio ha sido útil para comenzar a adaptarnos a la denominada "Nueva normalidad" con objetivos claros,pero no siempre fáciles de asumir. El primer objetivo, era y sigue siendo normalizar nuestras vidas y relaciones que, supuesto que la Covid-19 sigue vivo y coleando, nos implica seguir vigilantes para evitar contagios y rebrotes (lavarse las manos a fondo, usar adecuadamente una mascarilla, y mantener distancias mínimas). El segundo objetivo, era y también sigue siendo reactivar nuestra actividad productiva, que exige como condición previa garantizar que somos un destino turístico seguro. La experiencia piloto de la venida y estancia de unos dos mil alemanes durante el mes de junio, aunque los visitantes fueron menos de los previstos, ha cumplido en parte su objetivo, la seguridad. Pero un reconocido experto en turismo, después de coincidir en un debate online sobre la materia "turismo y seguridad", sonriendo me acercó a mi pantalla una nota: "El turismo seguro no existe. El único turismo seguro es el que no se produce".

Desde el recién inaugurado mes de julio, nuestros aeropuertos permanecen abiertos a los países del espacio Schengen y a Reino Unido. Recuperar una conectividad segura es básico para recuperar parte de nuestra clientela, aun siendo conscientes de que tal recuperación no será fácil. En los países y regiones originarios de nuestra demanda también están sufriendo una crisis galopante que afecta principalmente a las clases medias, nuestros principales clientes. Según datos de la Federación Hotelera de Mallorca, durante el mes de junio abrieron sus puertas cuarenta hoteles (5% de toda la planta), y para el presente mes de julio el número de hoteles que probablemente estarán activos serán unos 260 (30% del total de planta hotelera asociada). El mismo empresario Miquel Fluxá de Iberostart, promotor junto con la TUI de la experiencia piloto, declaró que la media de turistas que pueden visitarnos oscilar entorno a un 40%. Es preciso alagar la temporada lo máximo posible, incluyendo los ERTE cuya viabilidad empresarial y de empleo se constatará en plena temporada. "Es muy importante que los ERTE turísticos se puedan flexibilizar y después alargar hasta el 31 de diciembre, y estén ligados a los centros de trabajo y no a las empresas". En cualquier caso se intuye un otoño y un invierno de baja actividad, con la posibilidad de un notable cierre empresarial con la consiguiente repercusión en la ocupación laboral.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Hemos ido entrando paulatinamente en un nuevo período posmoderno donde impera la ideología neoliberal de mercado. El modelo productivo dominante fue, y sigue siendo, una oferta basada fundamentalmente en nuestros recursos naturales (sol y playa), a precios adecuados, gestionados fundamentalmente por los touroperadores, contando a nuestro favor la conectividad aérea. La máxima actividad se producía, y sigue produciendo, durante los meses veraniegos. La rentabilidad se basaba en una máxima ocupación durante la temporada alta, con unos niveles máximos de contratación intensiva. Sin duda, sin romper el modelo básico, se han hecho esfuerzos de prolongación de la temporada así como una cierta diversificación de nuestro producto turístico, pero seguimos anclados en la temporalidad/precariedad y con una mano de obra de escasa cualificación. ¿Influirá la crisis del coronavirus sobre el modelo de gestión vigente? Nuestra planta dedicada al alojamiento se ha diversificado. Nuestra oferta complementaria, a pesar de ciertas mejores, sigue anclada en productos de escasa calidad. Los turoperadores están exigiendo a los hoteleros de Mallorca y resto de islas que presionen para que la oferta complementaria y de servicios reabra sus puertas durante julio y agosto para dinamizar las zonas vacacionales en donde se alojen los turistas. "Un destino vacacional como Mallorca, con todas las medidas de seguridad sanitarias vigentes, puede reabrir de forma progresiva su oferta de ocio", indican desde las patronal. Hay agoreros que nos auguran unos años difíciles, extendiendo ad kalendas la probabilidad de recuperación de nuestra actividad.

"Ahora lo urgente es salvar familias, y eso significa proteger empresas y trabajadores" Pero, aún admitiendo que ahora se trata de salvar los muebles, "es imprescindible comenzar a reflexionar y diseñar un nuevo modelo de actividad turística basado no en el aumento progresivo de turistas año tras años, sino en ofertar productos diversificados y adaptamos a una demanda que probablemente modificará sus hábitos vacacionales. Más aún, es necesario reactivar nuestra actividad económica que posibilite romper nuestra dependencia casi total del turismo. La tarea no es fácil, pero es necesaria, y exige el compromiso de la iniciativa pública y privada.

El Consell de Mallorca ha presentado el Plan Estratégico de Turismo para los próximos cuatro años (2020-2023), cuya aprobación definitiva se producirá el 9 de julio y que está "enfocado a la reactivación turística de la isla, tras una pandemia que ha cambiado la forma de vida de las personas, así como de viajar y hacer turismo". A su vez el Govern acaba de presentar su Plan de Rescate Económico firmado por el Govern, los cuatro consells, la FELIP y el ayuntamiento de Palma, los partidos que configuran el Pacte (PSIB/PSOE, Més, UnidasPodemos), El Pi y Cs, las patronales (CAEB, PIME) y sindicatos (CC OO, UGT). Consta de diez ejes principales con una inversión cercana a los 3.000 millones de euros procedentes de recursos propios, de fondos europeos y estatales.

Parece que hay voluntad de cambio en nuestro modelo de crecimiento económico. Instrumentos, haberlos, haylos. Y financiación, incluida la europea, puede haberla.

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