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Joan Rigo

Desde Francia

Joan Rigo

"Le monde d'après"

Todos hemos soñado en algún momento en la posibilidad de un mundo mejor, pero mucho me temo que no vamos en esa dirección

El mundo de después, esa es la traducción literal de la definición oficial, aquí en Francia, de la extraña situación post confinamiento que estamos viviendo. O sea, para que nos entendamos, ustedes están en lo de la nueva normalidad y nosotros en el mundo de después. Al menos en el "d'après" francés queda claro desde el primer momento, que algo, o mucho, han cambiado las cosas en tan solo unos meses, en el paréntesis, de una primavera confinada, mas equinoccial que nunca.Y lo hace de un modo relativamente elegante, sin caer en la tentación de plagiar el titulo de la maravillosa autobiografía de Stefan Zweig, "el mundo de ayer". Un mundo, el de la vieja Europa, anclado social, cultural y políticamente, aun en el XIX, y que pese al drama de la primera Gran Guerra no vio llegar los cambios que se anunciaban y acabó desapareciendo del mapa con la llegada brutal del nazismo. El cambio de ahora tiene, para mí, unas connotaciones más cinematográficas, con resonancias un tanto apocalípticas y premonitorias cercanas al "Day After", como para ir preparando al personal: Señores este es el mundo que nos espera.

El mundo de después, de acuerdo, pero ¿con que significado? Acudiendo al diccionario tampoco despejaremos todas las dudas ya que según la RAE, después: "Denota posterioridad de tiempo, lugar o situación. Antepone con frecuencia a las partículas de y que para formar locuciones prepositivas o conjuntivas" Aunque en este caso, nuestro después no se antepone sino que viene precedido de un sustantivo, y designa "una unidad de tiempo, equivalente a siguiente o a posterior". Es decir que el mismo término tiene un valor gramatical cambiante, tanto es preposición como conjunción, o incluso adjetivo. Bien, vamos a quedarnos con la unidad de tiempo. Después. ¿Pero después de que? Que uno sepa, nadie había pedido este cambio. ¿Cambiar el mundo? eso sí. Todos hemos soñado en algún momento en la posibilidad de un mundo mejor. Pero mucho me temo que no vamos en esa dirección, o igual nos hemos equivocado de camino. Además, en el mundo de antes tampoco estábamos tan mal, digo yo, o al menos sabíamos a que atenernos, conocíamos las reglas, las ventajas y los inconvenientes. Lo del "après" francés, mejor no tocarlo, ya que la gama de combinaciones es tan amplia que acabaríamos liándola, desde el "après-midi", la tarde, hasta el "après-vente" del servicio post venta, o el tan bélico "après-guerre" por solo por citar unos ejemplos fáciles; sin meternos en camisas de once varas, como el interrogativo: Et après quoi? ¿Y luego qué? O el más enigmático "après tout", que podría traducirse casi como nuestro al fin y al cabo, y ¿al final qué?

El tema es complejo, pero con lo de la "nueva normalidad" también se ha hilado fino, a pesar de que lo de normal, siempre la RAE a mano, en una de sus acepciones: "Que sirve de norma o regla", parece comprensible. Si bien, en otra entrada hace referencia a: "Dícese de lo que se halla en su estado natural", o más complejo aun:"Dícese de lo que por su naturaleza, forma o magnitud se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano". Atención a esas normas fijadas de antemano ¿por quién? Y ahí es cuando entramos en el inquietante adjetivo "nuevo": "Recién hecho o fabricado", "Que se ve o se oye por primera vez", y ojo con la siguiente definición:"Distinto o diferente de lo que antes había o se tenía aprendido", o ya sin duda, para rematar:"Que sobreviene o se añade a una cosa que había antes". Lo que nos lleva de vuelta a los conceptos del antes y después con los que llevamos enredando desde el principio.

Ahora bien, traten de asociar nuevo con norma, o con normalidad, que es peor, y verán que algo no cuadra. Si la norma es nueva ¿de dónde viene? E, igual de importante ¿por cuánto tiempo? Igual es que a partir de ahora iremos cambiando las normas, como quien cambia de camisa, de cartas, o de baraja. No he querido entrar en el sentido de "normalidad" ya que a pesar de parecer inocuo, transparente: "Cualidad o condición de normal" viene seguido de un ejemplo devastador "Volver a la normalidad". Pero si en nuestro caso la normalidad es nueva ¿cómo nos lo comemos? ¿Patatas o ensalada? Tremenda duda.

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