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Alex Volney

Tribuna

Àlex Volney

Maria Salvo, cien años!

Mañana del sábado 23, había pasado por el quiosco y recogido la prensa en papel que el fin de semana puedo permitirme. Confirmo tristemente la gran pérdida del admirado Andreu Crespí. Se agolpan los sentimientos con este socialista ilustrado, una rara avis en el paisaje ornitológico nuestro. El más sentido pésame. Su todavía más admirado padre, fue un referente único entre sus compañeros de Can Mir, y entre ellos, y muchísimos otros, obviamente mi abuelo. Si lo "sueltan" el Sr. Crespí lo tenía claro: "no lo dejéis solo por la calle, siempre acompañado" susurró a mi abuela. Si Andreu Crespí hijo era un referente entre los demócratas mallorquines, más lo fue todavía su padre que entre sus amigos y admiradores incluso tuvo al conservador Josep Pla dedicándole unos cuantos párrafos de su obra. De pie en la acera de la preciosa estación, demasiados sentimientos encontrados. Con la prensa en la mano y recordando a nuestra bisabuela que había sido la "Dida" del Sr. Crespí a principios del S.XX. Siempre, en casa, hemos tenido un respeto y gran admiración por toda esa estirpe. Mi abuela decía eran primos de leche y de tantas cosas más.

Bajo de las ramas con el griterío y compruebo, otra vez, que esta maldita noticia que me ha dado un conocido cliente es un hecho. Aprovecho que he salido a por la prensa y recojo algo que he olvidado en el coche cuando me encuentro delante de la Sala Augusta, nuestro Can Mir para algunos descendientes, y un patético desfile de coches que desborda a la policía municipal no por cantidad pero sí por las maneras. Creen haber ganado alguna competición o algún trofeo. Justo detrás mío un sexagenario grita que sí ganan van a limpiar España. Cuando empiezo a caminar, una señora de avanzada edad llora cerca de la estatua del Rei En Jaume, parece que no aguanta más todo lo que ya ha vivido. Las palabras de su hija lo confirman.

Maria Salvo acompañada por Teresa Pàmies y Eloísa López-Raimundo.

El ruido es ensordecedor pero sin bocinas y la conducción, en algún momento, temeraria estaríamos hablando de un tío vivo franquista bastante descafeinado. Días posteriores, personas demócratas y de derechas expresarán su hartazgo con toda discreción. El espectáculo dantesco mantuvo los buses de la EMT en el margen derecho de las avenidas. Cuando terminé de leer la triste noticia concluí que unos tan útiles y necesarios van marchando de este mundo mientras otras personas simplemente se ríen del presente y de la muerte al acecho de todos sin excepción. Bravo.

De este tópico pensamiento me saca un mensaje del móvil. Lo más negro tampoco es eterno y me lo corrobora un precioso, y preciso, whatsapp que me recuerda, de facto, que una jovencita antifascista cumple cien años. Otra fabulosa estirpe: los Salvo. Con su admirado hermano mayor: Ferran Salvo, a quien Maria seguiría ideológicamente para siempre.

De ella habíamos tenido su libro en el escaparate de la librería el 2004 El daño y la memoria. Las prisiones de Maria Salvo de Ricard Vinyes, profesor de historia contemporánea en la UB. Un éxito de principios de siglo. Esta activista centenaria nos complace, de vez en cuando, con sus visitas y su inigualable compañía cuando pasa unos días con su familia en Mallorca.

Jovencísima luchadora antifascista inmortalizada por el fotógrafo Francesc Boix. Maria Salvo Iborra nacida el 27 de mayo de 1920 en Sabadell, en un barrio fabril con jardines y talleres. A los siete años marcharía a Barcelona. Más tarde, ya de adolescente, cuando vería la película basada en el libro Fahrenheit 451 decidió ser testigo definitivo de su historia. De niñez republicana, recuerda un comienzo de maestras y maestros retirando el tabique que separaba niñas y niños (con una de ellas coincidiría después en Las Ventas). Frecuentaría muy pronto proyectos y anhelos colectivos igualitarios. A sus trece años se haría a la idea de como funciona eso de la injusticia social practicado sobre la familia. Seguiría los pasos de su hermano donde fuese y a los quince comenzó a ser asidua en los ateneos y cuanto más empezaba a encontrar el camino que quería seguir más se acercaba el momento de la sublevación fascista de 1936. Llegarían las bombas lanzadas desde el aire o el mar. Se irían sucediendo episodios ya bien conocidos. Éxodo. Lucha continua y meses de exilio hasta que la coherencia y la solidaridad con los suyos hacen que la mañana del 26 de octubre de 1941 la policía política y fascista la detenga por ser enlace de la resistencia heroica antifranquista en Madrid. Interrogatorio de semanas y dieciséis años de periplo por las cárceles de Franco. Mujer luchadora que no se siente diferente de tantas otras que por su condición de mujer y antifascista nos han obsequiado con su dignidad y sus años de sufrimiento ante una barbarie que nunca pudo doblegarlas y que hoy, muy a menudo, es bastante probable que nos pueda avergonzar. De joven en las juventudes socialistas unificadas. Hoy mujer republicana, socialista y catalanista siempre del lado de la clase trabajadora de cualquier rincón geográfico. De cuando los derechos eran universales.

Maria Salvo Iborra de quien Nicolás Sartorius dijo: "Nos horrorizamos ante las torturas de Irak, de Guantánamo, de los campos de concentración nazis, de los gulag estalinistas... pero ¿y entre nosotros? Parece como si hubiéramos sido un país civilizado durante toda la historia".

Maria Salvo fotografiada por Francesc Boix.

Aquí en España, añade: "se han cometido juntas todas esas atrocidades que hoy nos escandalizan con razón: fusilamientos, garrotes viles, torturas, secuestro de niños?" ¿Cuánto tiempo durará esta vergüenza? Somos europeos a la hora de recibir pasta. ¿Y la democracia y los derechos humanos? ¿No estaban en la cabecera de todos los principios de la Unión?

Lo mejor de este artículo, y ustedes ya lo habrán comprobado, es que su ejemplo crece con fuerza y Maria ha cumplido cien años. ¿Lo peor del mismo? Que sin ser la intención de servidor, si este articulito le ha molestado, muy probablemente es usted el que tiene un problema.

Muy por otro lado: muchas gracias Maria Salvo por tu testimonio, que puedas disfrutar muchos años más con los tuyos. Todos contra el Covid-19! Salud y paz.

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