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El fondo de recuperación europeo, un salto cualitativo

La crisis es tan intensa y profunda que hasta la Unión Europea (UE) ha reaccionado con una fuerza inaudita hasta ahora. Esta vez sí hay una repuesta contundente, muy superior a las dudas y vacilaciones de la crisis anterior. El Fondo de Recuperación (Next Generation EU), presentado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, da un salto cualitativo enorme porque introduce fórmulas muy novedosas para financiar ese monumental techo de gasto de 750.000 millones de euros (500.000 en subvenciones y 250.000 en créditos) con el que impulsar el desarrollo económico de los 27 países. Pero esto es solo el primer paso de un proceso largo aún: tendrá que ser examinado por el Consejo (el 19 de junio próximo), por el Parlamento europeo y por los parlamentos nacionales. Y en ese camino va a encontrarse con la resistencia de los países denominados frugales (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) que se oponen a las subvenciones y a mutualizar deuda. Pero el acuerdo franco-alemán de la semana pasada y la abrumadora mayoría parlamentaria que ha venido exigiendo un plan de estas características hace presumir -con cambios importantes aún- que la propuesta saldrá adelante. Seguramente no será a la primera, pero la fórmula de endeudarse a largo plazo de la Comisión y de crear nuevos impuestos (CO2, plásticos, etcétera) para financiar el fondo son una novedad que será saludada con entusiasmo por los europeístas. Esta vez el miedo a una revuelta social antieuropea consecuencia del desempleo y de la pérdida de poder adquisitivo han sido fundamentales. Y que Alemania se queda sin su principal mercado si los demás países entran en bancarrota. Como dijo Von der Leyen esta semana, en una medida rueda de prensa, es un fondo "ambicioso y realista" que va dentro del marco financiero plurianual (es decir, el presupuesto de la UE para el período 2021-27) y tendrá un período determinado de aplicación. Y "muy excepcional porque la situación es crítica", añadió. La idea básica de la presidenta es que "ningún país gozaría de la prosperidad de estos años por sí solo, lo que los ha hecho fuertes y mejores es el Mercado Único y merece la pena apostar por él". Pero el dinero no se regala. Serán muy exigentes con las condiciones. Cada país tendrá que elaborar su plan de recuperación nacional e incluir ahí todo lo que pueda ser subvencionable. El faro que orientará las inversiones está claro: Plan Verde y digitalización.

Y una novedad importante: poner en marcha empresas que garanticen la cadena de suministros. Es decir, que se acabó producir todo en China vistos los resultados. ¿Y cómo avalar esa montaña de dinero que se pedirá en los mercados? "Cada país responderá por la parte proporcional de su aportación al presupuesto comunitario", según Von der Leyen. Coronabonos, pero menos. La respuesta del Gobierno español y de los principales partidos ha sido favorable. Todos ellos creen que es mejorable, pero el punto de partida es muy superior al que podía esperarse hace un mes. El virus ha dado un vuelco a las viejas ideas de Europa. "Esta es, sobre todo, una propuesta modernizadora de la economía", concluyó Von der Leyen.

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