Este es un día de crespones negros en los corazones. Es un día de penas y de luto compartido. Hoy jueves, 14 de mayo, es el día elegido por todas las organizaciones sanitarias médicas que componen el Foro de la Profesión Médica (integrado por Organización Médica Colegial, Confederación Española de Sindicatos Médicos, Decanos de Facultades de Medicina, Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina y Sociedades Científicas, Consejo de Especialidades en Ciencias de la Salud y Federación de Asociaciones Médicas Españolas), para homenajear a todos los sanitarios, con un recuerdo especial por todos los colegas muertos. Nos hubiera gustado nombrarlos, pero la limitación de este artículo lo hace imposible.

Sobran las razones para este merecidísimo homenaje que, aunque ha tardado en llegar, no será el último. Los demoledores números cambian de un día para otro, pero desgraciadamente con una tendencia al alza. A día de hoy la estadística es sobrecogedora: más de 45.000 sanitarios y socio sanitarios infectados, lo que supone cerca del 25 por ciento del total de contagiados, y un balance provisional de más de 70 muertos, de ellos 50 médicos en activo, 10 farmacéuticos y, en otro porcentaje no menos triste, también han sido golpeados los colectivos de enfermería, auxiliares de enfermería, celadores y personal de limpieza. La lista de víctimas es larga, muy larga, y se está haciendo dolorosamente insoportable, incluida en el terrible cómputo de 27.000 (cifras ficticias) fallecidos en España. La espada de Damocles pende amenazadora sobre todos los sanitarios, esta pandemia ha puesto de manifiesto los riesgos reales de la profesión, por lo que la OMC ha exigido al Gobierno la calificación de "enfermedad profesional" para los médicos que se hayan contagiado por Covid-19 en el ejercicio de sus funciones. La dura realidad sigue siendo, a día de hoy, que trabajar de sanitario en España es un gran riesgo.

Es obvio que, para morir a causa del depredador Covid-19, es condición sine qua non haberse infectado previamente. Tenemos miedo al contagio, miedo a contagiar a nuestros familiares. Los profesionales contagiados, muchos de ellos desgraciadamente fallecidos, en incontables casos han contraído la enfermedad por no contar con las medidas de protección adecuadas. El gran coste en vidas dice mucho de cómo son cuidados los profesionales por el sistema sanitario. Las imágenes de cómo han ido equipados y protegidos los profesionales dañan la retina, es una úlcera permanente en la niña de los ojos de todos los ciudadanos. Estas imágenes tatuarán nuestra memoria por mucho tiempo. Pero no toca ser reivindicativo en este artículo, ya que se impone el doloroso recuerdo del duelo por todas las pérdidas.

Hoy es un día en que todos estamos convocados, no se puede faltar. Hay que estar con la mente y el corazón en las redes sociales y en ese acto de duelo-luto colectivo que se escenificará a las 12 de la mañana con un emotivo silencio, de dos minutos, que será más fértil, evocador y conmovedor que nunca. Silencio compartido en todos los ámbitos sanitarios: hospitales, clínicas, centros socio sanitarios, ayuntamientos, farmacias y administraciones públicas. El duelo y el luto es de todos. Hoy es un día para que nuestra memoria colectiva se active al máximo.

Mientras, las preguntas. ¿Qué ha pasado, qué está pasando que esta sangría no para? Dos meses de pandemia y siguen falleciendo profesionales, está claro que el gran coste de vidas dice mucho de cómo han sido y son cuidados los profesionales por el sistema sanitario. ¿Por qué arriesgaron y siguen arriesgando sus vidas? Solo hay una respuesta, y está en el genoma de la profesión médica desde tiempos inmemoriales: la relación médico paciente, sustentada en ciencia, con-ciencia y exigencia ética y deontológica, junto a los valores de todos los profesionales sanitarios: vocación de servicio y elevado sentido del deber. El sistema sanitario ha dado el do de pecho, trabajando en equipo, más unidos que nunca, con un espíritu colectivo nunca alcanzado antes, esta ha sido la verdadera razón de que, a pesar de las dificultades, que no han sido pocas, nuestro Sistema Nacional de Salud haya sido capaz de afrontar esta crisis sanitaria. Nuestra memoria y nuestro agradecimiento a todos los profesionales fallecidos, por su capacidad de sacrificio, generosidad y ejemplaridad.

Pero hoy también es el día para recordar y mostrarse agradecidos y orgullosos de todos los profesionales sanitarios y no sanitarios, muchos de ellos recuperados tras haber sido contagiados, que son los artífices de los más de 131.000 pacientes recuperados. Este es el hito esperanzador que debe ser el eje de nuestra resiliencia personal y colectiva futura. La pandemia no ha acabado, desgraciadamente. Seguro que habrá más homenajes, pero ahora por todos ellos toca este. El compromiso mostrado en todo momento por los profesionales es la base y la piedra angular de la confianza de los ciudadanos y del crédito social que estos nos otorgan. Hemos estado, estamos y seguiremos estando a su lado. Ese es nuestro deber, curarlos si podemos, pero, siempre, consolarlos y acompañarlos.

Dra. Manuela García Romero

Presidenta del Comib

Dr. Miguel Lázaro Ferreruela

Presidente de SIMEBAL