Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sol y sombra

Desconfianza

Los ciudadanos aspiran a la unión de sus políticos en tiempos difíciles. Buscan que alguien los guíe e inspire confianza. Pero la unidad no es un cheque en blanco a un Gobierno para que haga lo que le venga en gana en un país con las libertades restringidas al que se le exige grandes sacrificios. Sobra grandilocuencia: no existe el panorama de guerra que unos figuradamente invocan, ni el Apocalipsis que los otros predicen, hay sencillamente una situación complicada que puede empeorar si las cosas no se hacen como es debido. España se enfrenta a ella, con sus defensas disminuidas por el miedo al virus, confusión, incertidumbre y la desventaja de contar con políticos bisoños, tan poco avezados como excesivamente dogmáticos, en el Gobierno y en la oposición. Con un presidente que cuenta con el menor respaldo parlamentario de la democracia decidido a tomar decisiones de forma unilateral. Es la peor de las circunstancias en el más adverso de los escenarios. Quienes gobiernan están instruidos en la propaganda y apenas destacan en la gestión, ni sobresalen en gestualidades ejemplares. Son contadas las excepciones: la emoción sincera de la ministra Margarita Robles en la morgue del IFEMA, el hospital de campaña que quedará grabado en la memoria del dolor, o el esfuerzo presencial del alcalde de Madrid. Con el horizonte de dos millones más de desempleados, decenas de miles de trabajadores afectados por los ERTE no se ha visto la menor intención de equiparar, por parte del Estado y de las Autonomías de cualquier signo, el coste de la crisis a sus sectores clientelares, para no poner en peligro el voto. Ni altos cargos de la política han sentido la necesidad de solidarizarse con los españoles rebajándose siquiera simbólicamente sus salarios mientras se produce el mayor incremento de sueldos públicos en diez años, el coste de los funcionarios crece un 6 por ciento y está a punto de superar los 142.000 millones en el momento de la recesión. No hay nada alentador.

Compartir el artículo

stats