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Joaquín Rábago

360 grados

Joaquín Rábago

El colmo de la desfachatez

Excluyen de las ayudas públicas a las empresas radicadas en paraísos fiscales

Es el colmo de la desfachatez que grandes empresas que se las arreglan para no pagar impuestos en sus países estableciendo su sede principal en paraísos fiscales reclaman ahora ayudas públicas a cuenta de la crisis del coronavirus.

Es lo que parecen opinar también Gobiernos de distinto signo como el francés o el de Dinamarca, que han decidido obrar en consecuencia, denegándoles las ayudas económicas que solicitan. Y es el ejemplo que pide también que se siga en Alemania el partido La Izquierda.

"Si una empresa tiene su sede principal en un paraíso fiscal, es evidente que no puede beneficiarse de ayudas estatales", afirma el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que incluye también a las filiales.

El primer Gobierno en dar ese paso fue, sin embargo, el danés de la socialdemócrata Mette Frederiksen, que fijó varios criterios para que las empresas puedan acogerse a esas ayudas públicas.

Frederiksen, que encabeza un Gobierno minoritario, ha decidido excluir de las mismas tanto a las empresas que no pagan impuestos en Dinamarca como a las que, a pesar de la crisis, insisten en pagarles dividendos a sus accionistas.

Roni Lund, portavoz para asuntos financieros de la Alianza Rojiverde danesa, en el Gobierno, declaró al diario alemán FAZ que su grupo parlamentario quería ir más lejos pero ha tenido que limitarse a la lista negra de paraísos fiscales elaborada por la Comisión Europea.

Esa lista la integran doce países que no practican el intercambio automático de información fiscal con la Unión Europea como son Panamá, las islas Fiyi o las Seychelles.

Sin embargo, no aparecen en ella países miembros de la propia Unión Europea como Holanda, Malta, Irlanda o Luxemburgo, donde están domiciliadas empresas extranjeras que buscan eludir el pago de impuestos en casa, lo que supone una clara competencia desleal entre los propios socios.

La Izquierda alemana quiere que el Gobierno de Berlín siga los pasos de Dinamarca y Francia y fije los mismos criterios para que una empresa de ese país pueda acogerse a las ayudas públicas.

Su portavoz, Fabio de Masi, dice conocer bien los argumentos de quienes desde la derecha insisten en la libertad empresarial, pero argumenta que no es de recibo que los grandes consorcios sigan pagando dividendos mientras reclaman al Estado dinero que deberían destinarse a la pequeña y mediana empresa.

El anuncio por el gran fabricante de artículos deportivos Adidas de que iba a dejar de pagar los alquileres por sus locales comerciales provocó una oleada de indignación popular en Alemania, lo que obligó a sus directivos a pedir perdón a la ciudadanía.

"Es indecente e inaceptable que empresas financieramente sólidas dejen de pagar sus alquileres", criticó la ministra de Justicia, la socialdemócrata Justine Lambrecht.

El año pasado, Adidas obtuvo unos beneficios netos de 2.000 millones de euros, pero se ha resentido desde entonces de la caída de sus ventas en China.

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