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Camilo José Cela Conde

Prensa

El combate de los bulos consiste, según el CIS, en hacer desaparecer la libertad de prensa y restringir las noticias a las oficiales

Cómo estará el patio político que el diario oficial del régimen, que no es el BOE, acaba de publicar un artículo que detalla cuatro veces en las que las fuentes oficiales han mentido. La advertencia viene a cuento a causa de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas „que tampoco es el diario oficial del sanchismo, pero lo parece„ en la que Félix Tezanos coló una alternativa maquiavélica en el peor sentido del maquiavelismo que existe. Se trataba de elegir entre (A) "¿Cree que habría que restringir y controlar las informaciones, estableciendo sólo una fuente oficial de información?, y (B) ¿Cree que no debe restringirse ni prohibirse ningún tipo de información? Tales preguntas se las traen porque entre tener sólo el No-Do o permitir hasta las películas snuff hay una gama de grises digna de la historia entera del arte. Pero peor aún es que semejante alternativa se ponía en contexto preguntando antes si habría que prohibir la difusión por las redes y los medios de comunicación social de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas. Vamos, que el combate de los bulos consiste, según el organismo oficial que realiza las encuestas, en hacer desaparecer la libertad de prensa y restringir las noticias a las que sean oficiales.

Pero como puntualizaba el diario de más circulación de España, notorio paladín de Sánchez desde que éste emprendió su cruzada particular, las fuentes oficiales también mienten. El diario cita cuatro casos: tres de ellos relacionados con la información que se da sobre el coronavirus y las víctimas que causa y la tercera, por aquello de la ley de las compensaciones, cuando en 2002 Rajoy, siendo portavoz del Gobierno de Aznar, aseguró que del petrolero que llenó las costas gallegas de alquitrán, el Prestige, sólo salían hilitos como de plastilina. ¿Cuatro engaños solo? Si recorremos los dieciocho años transcurridos desde entonces, para detallar las mentiras oficiales haría falta una calculadora de las de mucha capacidad de cómputo. De hecho, en la rueda de prensa diaria del comité de seguimiento de la pandemia se cuelan bulos a docenas. Pero Tezanos, que además de ser sociólogo ha leído a los clásicos, sabe que la clave de cualquier respuesta está en la pregunta. Así que ha conseguido nada menos que un 66,7% de los encuestados a favor de que la libertad de prensa se elimine.

Otra cosa es que el gobierno, incluso con la presencia en él de Pablo Iglesias, se atreva a instaurar de nuevo la censura que conseguimos enterrar gracias a la muerte del generalísimo Franco. La primera de todas, la impuesta en plena guerra civil, porque con la ley de prensa que promovió Fraga en 1968 siendo ministro de Información y Turismo aún se podrían publicar columnas como ésta. Con la de 1938, no. Espero ansioso „por aquello de la curiosidad„ el ver cómo transformarán Pedro Sánchez y Pablo Iglesias la pregunta de Tezanos en decreto.

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