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Mar Ferragut

Elige tu propia aventura

Del artículo que esboza las consecuencias sociales de la pandemia (actuales y futuras: el virus entiende de clases) al que critica el discurso real del pasado miércoles: elija hoy su ración de opinión sobre el coronavirus.

Y ustedes, ¿qué preocupación tenían dos semanas atrás? Yo rumiaba entre celebrar mi cumpleaños o no (fue el martes, dilema resuelto: hice la conga por el pasillo y listos), qué obra de teatro ir a ver el sábado, si cogía ya los billetes para ir a Londres en mayo y si me daría tiempo a presentar toda la documentación que me requerían para un trámite administrativo. Qué monos somos los humanos, vistos así, haciendo nuestros planes y ordenando nuestros días como si fueran montoncitos de hojas, ignorando la posibilidad (siempre real) de que la vida te mande una ráfaga de aire que desarme los montoncitos que con mimo habías armado, creyéndote así que lo tenías todo bajo control. La vida son ráfagas, brisas, huracanes. Aprendizaje hecho, ok. Noto su escalofrío, lector: ¿Será éste otro artículo más sobre las cosas buenas que sacaremos de esta situación extrema? No. Habrá gente que aprenderá cosas (seguro, viva y bravo) pero tras el descalabro económico del 2008 cubrimos el cupo de 'coachs' y emprendedores que decían sin parar que crisis en chino significa oportunidad y blablablá. No vamos por ahí hoy. ¿Qué artículo quiere leer sobre el coronavirus? Elija su propia aventura.

El artículo social hoy: El confinamiento sí entiende de clases. Los millonarios también están encerrados pero no es lo mismo pasar dos semanas en una casa de tres pisos con piscina que en un sótano sin absolutamente nada de luz natural, como en el que vive, con su marido y su hijo, una señora de la limpieza a la que entrevisté hace dos meses para un reportaje y que se me viene a la cabeza de forma recurrente estos días. No comparen la cuarentena de un soltero con todos los recursos tecnológicos del mundo que la de una familia sin ordenadores, sin tablets y, en muchos hogares, casi sin libros. Intentemos sobrellevar el encierro de la mejor manera, pero como se recuerda en las redes "idealizar la cuarentena es un privilegio de clase".

El artículo social, pensando en mañana: Cuando acabe la alerta sanitaria tendremos que mirar a los ojos al tsunami económico que nos sepultará. La ola va creciendo día a día. Hace cinco meses Cáritas advertía: en Balears hay 243.000 personas en exclusión social y otras 211.000 que subsisten haciendo equilibrios sobre un alambre. Les bastaría un mal paso para caer. O una ráfaga de aire. O un huracán llamado Covid-19, con fuerza para llevarse por delante también a muchos de los que consiguieron seguir en el sillón de la clase media tras el 2008 y otros tantos de los que fueron descabalgados pero han logrado recuperar la montura. Intento no pensar en plazos de más de 24 horas, pero si me asomo un momento al abismo del futuro económico solo puedo tranquilizarme confiando en que esta vez la Unión Europea no aplicará las mismas recetas que en 2008 y se pondrá del lado de los ciudadanos. Que no solo no se bombardeará al Estado del Bienestar sino que se va a reforzar como nunca antes. Pero ya digo, partido a partido. Objetivo: llegar al sábado.

El artículo político/monárquico: Cuando alguien del futuro lea la biografía política de Pedro Sánchez pensará que es ficción: ni al escritor más retorcido se le ocurren tantos giros de guión para un personaje que , recordemos, fue dado por muerto. Hoy el muerto tiene que mantenernos a flote a todos y aún no veo claro si saldrá reforzado o amortizado. El que no recuperará terreno aunque ahora lo pongan a montar hospitales de campaña vestido de uniforme es Felipe VI. El miércoles trató de infundir confianza a la nación tratando a la nación de estúpida, recordándonos que somos españoles y que estamos pasando una situación muy dura. No. Mire a cámara y háblenos, su majestad, no obvie lo sucedido con su padre ya que, aunque usted lo ha intentado evitar, no lo niego, nos hemos enterado. Nos lo puede explicar y nos puede pedir disculpas por las acciones de su progenitor (y quién sabe hasta qué punto las suyas) y por haberse cogido unos días libres por 'asuntos familiares' justo cuando el país entraba en Estado de Alarma.

Hay más artículos posibles. Tenemos tiempo. Vayamos partido a partido, que total luego la vida viene y hace lo que le da la gana.

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