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Juan Rigo

Desde París

Juan Rigo

El coronavirus, las municipales y la 'sex tape'

Así, en este orden, ya que el corona, o Covid-19, es el invitado sorpresa de las municipales en Francia. Un invitado que acapara los titulares de la prensa, y ocupa el prime time de los informativos en radio y televisión. Los debates y tertulias políticas han pasado a un segundo plano, cuando no han sido simplemente anulados. Incluso se ha hablado de aplazar las elecciones, opción descartada en primera instancia por el ejecutivo entre especulaciones de que si finalmente se tomara esa medida ello no haría más que agravar la psicosis, el miedo al contagio que se extiende entre la población.

Y es que ahora mismo, cuando escribo estas líneas, Francia acaba de entrar en la denominada fase 2 de la epidemia, al constatar la presencia del virus en distintas áreas del país, y con un incremento notable del número de afectados. Durante el fin de semana, en apenas 48 horas, los casos confirmados aumentaron en 60 pacientes, superando ya el centenar, aunque de momento solo se han registrado dos fallecimientos. La situación más alarmante se da en la región de Hauts de France, en la Oise, con la mayor concentración de casos, y el problema añadido de la no identificación del "paciente 0", al no haber dado aun con la persona que ha transmitido el virus en la zona. Algo similar a lo sucedido en Italia, en la Lombardía, antes de que se disparase la epidemia.

En pocos días hemos pasado pues de una situación de relativo control, a una etapa más incierta, sin que aun podamos hablar de descontrol. Un término que sin embargo si podemos aplicar al modo en que LREM, el partido de Macron, ha llevado el tema de las municipales. Primero por mostrarse incapaz de unificar las candidaturas de Griveaux y Cedric Villani. Un fracaso que condujo a la salida del mediático Villani del grupo "macronista", debilitando las posibilidades de hacerse con la ansiada alcaldía de la capital. Un descontrol que se confirmo al destaparse el sex affaire de Griveaux. La absoluta falta de autocontrol del ex portavoz del Gobierno ha obligado al Gobierno a improvisar en el último momento con un candidata nombrada in extremis. La afición al exhibicionismo de Griveaux ha puesto en un aprieto al Presidente, quien, según Le Canard Enchaîné explotó con un: "Pero que estupidez. ¿Cómo ha podido hacer esto? Hay cosas que no se pueden hacer cuando uno se expone en público. Y menos el empezar una improbable carrera de cineasta". Sin comentarios.

El resultado de tal descontrol desemboca en la campaña municipal contra reloj para la recién llegada Agnès Buzyn, ex ministra de Sanidad, quien de lidiar con el coronavirus ha pasado a verse las caras con dos terribles adversarias, en un duelo a tres a lo Sergio Leone: Buzyn sería la buena, por su voluntarioso talante al encajar la nueva misión, como un soldado fiel a Macron. El papel de mala, sin duda y con perdón, le corresponde evidentemente a la altiva Anne Hidalgo, quien intenta repetir mandato para desespero de los automovilistas parisinos que se han convertido en los parias de la capital para mayor gloria de ciclistas y patinetes. En el rol de la fea, una guapa intrigante, Rachida Dati, la esperanza de los Republicanos para recuperar el sillón de París que no huelen desde los tiempos de Chirac/ Tiberi.

Paralelamente a este duelo entre damas, en los tribunales anda otro trío, el formado por Alexandra de Taddeo, la destinataria de los videos de Griveaux, el performancer Piotr Pavienski su actual compañero y principal acusado en el affaire, y un invitado sorpresa, el abogado bocazas Juan Branco, revolucionario de salón con ansias de notoriedad. La web del refugiado ruso, cerrada por orden judicial, prometía nuevas revelaciones, apuntando a otros personajes del ámbito político. Affaire a seguir.

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