Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

La política convertida en un pim, pam. pum

La acción política, incluidas sus instituciones, se está convirtiendo en un gran circo, "el mayor espectáculo del mundo", en el cual domina la crispación, el insulto y la descalificación. Pero mucho me temo que estamos dando un paso adelante hacia el desprestigio de la política. La mentira, el bulo, las Fake News, son el pan nuestro de cada día a través de los medios, de las redes sociales y de las palabras de líderes políticos. La información que palpita en la pantalla del teléfono está formada por una trama de datos e ideas, digamos de la moda dominante de la que es cada vez más difícil salir; y desde la cual tendemos a pensar, no de manera original ni con un horizonte ilimitado, sino como se piensa dentro de esa trama, dentro de la Red por la que circulan, con la misma jerarquía, datos verdaderos y falsos, teorías, delirios e invenciones, noticias de verdad y Fake News.

A modo de ejemplo. Exigencia, con ocasión o sin ella, de dimisión o cese de tal o cual ministro/a. Acusación falsa al Presidente Sánchez de utilizar el helicóptero de la Guardia Civil desviándolo de la búsqueda del joven perdido en un torrente de Mallorca; utilizar fotos y videos porno falsos procedentes de Brasil para desacreditar a los maestros y profesores; avisarnos de que corremos el riesgo de que lo que está pasando en Venezuela nos pase a nosotros; recordarnos que todos los años "mueren más de 60 niños a manos de sus madres"; tuits contra la sentencia condenatoria a los miembros de La Manada cargando contra "feminazis psicópatas", y burlándose del aspecto físico de una mujer asegurando que "no creo que nunca la violen, ni en grupo ni en cuadrilla". Comunicadores/periodistas acusando al PSIB, MÉS i Podem de «proxenetas de menores» (sic). Suma y sigue.

Así las cosas, el Parlamento español, el Parlament balear y los Plenos municipales, en lugar de ser las plateas donde se debaten y se proponen soluciones a los problemas reales de los ciudadanos, se parecen más al plató de Sálvame de Luxe, con sus rumores, pseudoverdades y mentiras. No se debaten ideas sobre tal o cual propuesta. Nuestros representantes, elegidos con nuestros votos, con excesiva frecuencia se limitan a desmentir noticias y hechos que unos atribuyen a los otros, y viceversa. El uno por el otro la casa sin barrer, mientras la ciudadanía vive el sueño de los engañados creyendo que todos son demonios menos los suyos, generando crispación y una brecha social de día en día más profunda.

La utilización y propagación de las Fake News en el panorama político español tiene un objetivo: desviar la atención de lo que es o debería ser la política real. Sus fundamentos son claros, la propagación de noticias altisonantes dirigidas a sectores concretos de la población y apoyados en la incapacidad, bien por ignorancia, bien por desgana o bien por interés, de contrastar dichas informaciones, las cuales calan entre la población por lo simplista de las mismas. Basándose, en muchas ocasiones, en el uso de imágenes de actos o sucesos, reales o inventados, ocurridos en cualquier lugar los cuales se hacen pasar por locales.

Por regla general cuando alguien lanza una Fake New si se la adorna convenientemente y se sabe a quién dirigirla, ya se tendrá adelantado gran parte del trabajo de viralización de la noticia. La convertirá en pseudodogma y la compartirá con su "lista" de amigos, los cuales suelen ser personas que piensan de la misma manera que aquella que ha compartido el bulo. Y así sucesivamente. Dado que los contactos entre sectores ideológicos son casi inexistentes, la Fake New se extenderá cual raíz de árbol inundando las redes de indignación, sin que nadie del otro bando la pueda contrarrestrar o desmentir, hasta que el daño ya esté hecho, máxime si esa noticia termina en manos de algún medio de comunicación interesado en que ese mismo bulo se extienda aún más.

Tal sociedad, repleta de inseguridades e incertezas, no permite optimismos vacuos, pero tampoco pesimismos radicales. Me instalo en un escepticismo activo. Malgré tout, a pesar de todo, comienza a surgir tímidamente una opinión pública, no siempre coincidente con la publicada. Miren los sondeos, no solo las electorales, del CIS y podrán percibir los niveles de confianza/desconfianza, las demandas y urgencias. Se comienza a exigir a los políticos, no sólo a los que gobiernan, un relato e iniciativas de mejora de los índices de cohesión territorial y social, que posibiliten un acceso en igualdad de oportunidades a derechos básicos como la vivienda, educación, sanidad, servicios sociales€y un largo etcétera.

Compartir el artículo

stats