La victoria de la Cultural Leonesa sobre el Atlético de Madrid en el estadio Reino de León fue una gesta deportiva formidable, uno de esos episodios en que el fútbol se carga de emoción, pero también un gesto del tiempo político que corre, en concreto del regreso del más viejo, legítimo y templado irredentismo, el del Reino de León, fagocitado por Castilla en un proceso iniciado hace cerca de un milenio. Encendido por el crescendo del partido, en el que la fuerza del modesto Segunda B, pero también el juego, fueron derrotando a los comentaristas (que al final se rindieron), nada más acabar el partido envío un escueto mensaje en lengua asturleonesa -¡puxa Lleón!- al escritor Juan Pedro Aparicio, viejo patriarca del leonesismo, y al instante él me responde en un contenido y austero castellano: "Con garra". Así que el asunto es ese, la garra, no la traca de luz de otras latitudes.
