La nutrición es un factor fundamental para la salud, tanto de la madre como del feto, durante el período gestacional. Es más que seguro que, en este punto, estarán de acuerdo conmigo casi todas las mujeres que están leyendo estas líneas. Sin embargo, en la actualidad, un elevado número de ellas no lo tiene en cuenta. A la vista de ello está el sobrepeso que adquieren.
Por eso, las ginecólogas y ginecólogos no nos cansamos de repetir que alimentarse correctamente no consiste solo en comer, sino en hacerlo de forma equilibrada, y si esto es algo que debemos tener en cuenta en cualquier época de la vida, especialmente tendría que llevarse a cabo durante la gestación, ya que de ello va a depender el correcto crecimiento de ese ser que se está desarrollando en el seno materno. La gestante debe tener muy presente que el embarazo exige un aporte energético equilibrado, en cuanto a calidad y cantidad, que asegure un desarrollo fetal normal e impida el consumo de las propias energías maternas. Solía decirles a las mujeres que, quizás, este período de su vida puede ser un buen momento para mejorar la dieta y abandonar algunos hábitos poco recomendables, como la costumbre de cenar opíparamente antes de irse a dormir, desayunar solo un café con leche con dos o tres galletas, Cola Cao o Nesquik y, por supuesto, abusar de la comida preparada.
Se trata, por tanto, de comer mejor y optar por alimentos saludables. Si esto fuera así, la mujer conseguiría un aumento de peso que puede oscilar entre los 9 y los 12 kilogramos durante todo el período gestacional, los cuales se distribuyen, aproximadamente, del modo siguiente:
Peso final del feto: 3,50 kilos; incremento del peso debido al aumento del volumen sanguíneo: 1,80 kilos; peso de los líquidos intersticiales: 1,2 kilos; peso de la reserva de grasa en los tejidos maternos: 1,6 kilos; peso de la placenta: 600 gramos; peso del líquido amniótico y líquidos orgánicos: 810 gramos; incremento del peso debido al crecimiento del útero: 900 gramos; incremento del peso debido al crecimiento de las mamas: 400 gramos.
Lo cierto es que durante el embarazo, lo ideal sería que cada mujer realizara una dieta específica, con un aporte proteico y energético suficiente, el cual lo puede conseguir con una alimentación variada y equilibrada que contenga productos de origen animal y vegetal. Y, siempre, bajo las indicaciones de su especialista.
