Diario de Mallorca

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Mar Ferragut

No hagan juego,señores, hagan algo

El informativo emite un reportaje sobre la proliferación de casas de apuestas y el juego online y los riesgos para los más jóvenes. Antes de dar paso a la información meteorológica, vamos a publicidad. De cada diez anuncios, cuento tres que son para apostar en internet. Uno de ellos lo protagoniza un joven, "estudiante y dj", que está "cumpliendo su sueño" de participar en no sé qué campeonato mundial de póker online. Y es que en la España de la cultura del pelotazo, de los alquileres imposibles, de la precariedad y la formación sin justa y proporcional recompensa, ¿quién no sueña con ganar pasta sin esfuerzo? Y el que no tenga un décimo en su cartera para el sorteo de este domingo que tire la primera piedra.

Apostar no está mal visto. Incluso hemos convertido, por obra y gracia del marketing (de un muy buen marketing), el estreno del anuncio de la lotería de Navidad en un acontecimiento señalado de estas fiestas (aunque me quedo con el de Campofrío: soy más del salado que del exceso de dulce). Pero apostar genera una adrelina que puede enganchar. Ahí están las cifras. Y cuando hablamos de adicciones, hay que proteger a los jóvenes. Y sin embargo, ¿qué está pasando en España? Todo lo contrario. Las casas de apuestas proliferan por las ciudades (hasta la barriada más humilde tiene su farmacia, su estanco y su salón de juego) y los anuncios de juego online inundan las 'teles'(a cualquier hora del día), las webs y los eventos y programas deportivos. Los protagonizan los referentes de los chavales: deportistas y famosos, guapos y exitosos. Si los gobiernos, estatales y autonómicos están tan ocupados recaudando que no hacen nada para alejar a los chicos de una ludopatía temprana, ¿quién lo hará? ¿quién recordará a la administración sus deberes? Los padres, claro. En Mallorca, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) y otras catorce entidades más (los colegios profesionales de Educadores Sociales de Balears; de Pedagogía y Psicopedagogía; de Psicólogos; de Médicos; y de Trabajadores Sociales; además de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, Irefrea, Juguesca, la Oficina de la Defensora de la Ciutadania de Palma, Projecte Home, Unicef, la Associació Balear de Salut Mental, el IRIE de la UIB y la Oficina d'Universitat Saludable) han hecho frente común contra las casas de apuestas y han exigido medidas para frenar su expansión.

Esta semana FAPA ha organizado además una mesa redonda para abordar el problema de la adicción entre los menores. Daniel Lloret, psicólogo e investigador en conductas de riesgo y juegos online de la Universidad Miguel Hernández fue uno de los participantes y lanzó preocupantes datos, como que unos 45.000 menores hacen apuestas online en España (dedican unas dos horas cada día). O que un 36% de los ludópatas comenzaron a jugar antes de cumplir 18. El mundo virtual está lleno de opciones de juego y los chavales saben perfectamente cómo llegar y en el mundo real las cosas no están mucho mejor. Mientras en Cantabria se exige una distancia mínima de medio kilómetro entre los colegios y los salones de juego, en Palma son solo cien metros. En Ciutat hay 70 locales (bien oscuros, para que los usuarios no sean conscientes del paso del tiempo, y con las copas a buen precio, que no hay mejor reclamo). En toda Mallorca son 136.

Los juegos de azar mueven 39.000 millones de euros al año y las administraciones se llevan su tajadita y por eso se ha permitido que el negocio crezca y florezca en la España poscrisis. Ahora padres, expertos, académicos y cualquier persona con conciencia social se desgañita gritando: 'No hagan juego, señores, es el futuro de nuestros hijos: hagan algo'.

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