Esta semana se está celebrando la cumbre del clima en Madrid, que tiene como foco la lucha contra el cambio climático. O lo que es lo mismo, la lucha por una vida sostenible.

Desde Unidas Podemos sabemos que esta cumbre tiene varios factores que pueden ayudar a conseguir el objetivo. Una de las cuestiones es la ideológica, en la cual los partidos progresistas deberíamos conseguir que la sociedad sea consciente del impacto que sus acciones tienen sobre lo que nos rodea. Y no nos referimos solo a cuestiones energéticas o de movilidad; también en cuanto a alimentación, por ejemplo. Debemos ser conscientes del impacto que supone el exceso y descontrol sobre nuestro planeta. Conseguir una transformación social real en este sentido requiere de mucho tiempo, ya que se debe realizar desde áreas culturales y educativas, y aunque la sociedad actual ya es mucho más consciente del problema, aún nos falta mucho camino por delante.

Otra de las cuestiones es la tecnológica. Aquí nos referimos a la capacidad que tiene una sociedad o civilización de conseguir producir, mediante energías renovables de forma mayoritaria, con el menor impacto posible sobre el entorno que nos rodea. Cuando el motor de combustión se impuso al eléctrico, lo hizo simplemente por una cuestión básica: la tecnología y el combustible para hacerla funcionar eran en su momento más accesibles y económicas, y por eso fue el modelo que se impuso en la industria. Ahora mismo, cuando es evidente la necesidad de una transición energética hacia las renovables, vemos cómo en este tipo de cuestiones a algunos partidos les cuesta aceptar que la industria en ese sector necesita un cambio, y que es una cuestión de responsabilidad política facilitar esa transición.

A Unidas Podemos nos choca mucho ver cómo los partidos conservadores, y principalmente el PP, se oponen al abandono progresivo de los vehículos de combustión para cambiarlos por otros con motor eléctrico. Es evidente que, desde un punto de vista comercial, el cambio en la industria podría seguir generando muchos empleos e ingresos para las empresas del sector, pero al menos serviría para impulsar un modelo mucho más sostenible con el medio ambiente.

Desde nuestra formación hemos tenido siempre clara la importancia que suponía la lucha contra el cambio climático, sobre todo si pensamos en conseguir que a medio y largo plazo se pueda vivir en condiciones. Prueba de ello no solo es el gran esfuerzo que pusimos en la anterior legislatura con la Ley de Cambio Climático -una ley pionera y que servirá de ejemplo en el resto del Estado-, sino también a la hora de negociar los gobiernos en los que íbamos a participar, gestionando áreas como Transición Energética y Agricultura en el Govern balear o Medio Ambiente en el Consell de Mallorca, lo cual muestra que para nosotros es un eje central y transversal en nuestras políticas. La Ley de Cambio Climático de Balears es una gran herramienta en la lucha por un futuro más verde y justo, y sin ninguna duda será una de las leyes que guíe las políticas de gobierno en nuestra comunidad autónoma.