La violencia machista es violencia, desde luego, pero es machista. Aunque el impulso criminal está resumido en la frase castiza "si no eres mía, no serás de nadie", esta solo explica lo sucedido en el punto en que se manifiesta el fenómeno (el epicentro) y no da cuenta de la dimensión y hondura de la patología, que es universal, multidimensional y multicultural. Entre la ablación del clítoris, la restricción de derechos a las mujeres, la ocultación forzosa de su cuerpo, la violación en grupo, la violencia homicida o cualquier alarde supremacista del varón hay diferencias de gravedad, sin duda, pero en el lugar del movimiento tectónico desencadenante (el hipocentro) hay lo mismo: la defensa de los privilegios de género, que vienen del minuto uno de la historia del poder y de los relatos constituyentes de la civilización (de las mitologías a las religiones). Así que esto llevará tiempo.
