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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Del fracaso a la oportunidad

No olvidemos el porqué de la repetición electoral: el bloqueo a la investidura del Presidente y en consecuencia la imposibilidad de formar un gobierno estable y capaz de hacer frente a los graves problemas estructurales de índole socioeconómica y política. Se requería entonces, y continúa requiriéndose ahora, voluntad consensuada para afrontar las consecuencias de la desaceleración económica (no recesión) que puede afectar al empleo, a nuestra calidad de vida y al bienestar. Y habrá que afrontar asuntos de naturaleza política entre otros, el obsoleto Estado de las Autonomías incluyendo el todavía vigente Sistema de Financiación; sin pasar por alto el mal llamado Conflicto Catalán que ha alcanzado límites insostenibles.

Los resultados de las elecciones, ¿posibilitan desbloquear la situación con la elección de un Presidente de Gobierno, aunque sea por minoría simple, y a su vez formar un gobierno, monocolor o de coalición, que permita a una mayoría parlamentaria necesaria ir tomando acuerdos legislativos para hacer frente a nuestros retos políticos y socio-económicos?

Ni los partidos de la derecha (PP, Cs, Vox) ni los de la izquierda (PSOE, Unidas Podemos, Más País) han conseguido votos suficientes para investir un Presidente propio y formar un gobierno. La situación, con algunas variables, es muy similar a los seis meses transcurridos desde las anteriores elecciones del 28A. Es necesario pactar con otros partidos más allá del ámbito de pertenencia ideológica para la investidura y poder formar gobierno en coalición o en minoría con apoyos externos.

La derecha lo tiene difícil para conseguir aliados, sus resultados electorales han modificado la correlación de fuerzas. Los populares obtienen buenos resultados, aunque significativamente inferiores al objetivo de los 100 diputados. Ciudadanos se precipita con solo 10 diputados, y Vox obtiene un notable éxito doblando su número de escaños. Tales variables obligan a los partidos de la derecha española a reconsiderar sus estrategias.

En la izquierda el PSOE a pesar de haber perdido tres diputados sigue siendo el partido más votado. Y haciendo de tripas corazón los socialistas y podemitas firman a las 48 horas de haberse cerrado las urnas un preacuerdo, con abrazo incluido, que incluye un decálogo de objetivos estratégicos que una vez superada la investidura se plasmará en un documento programático santo y seña del gobierno. Tanto los socialistas como los podemitas tienen ocasión de convertir sus fracasos anteriores en una oportunidad, olvidando sus desacuerdos y afrentas. No lo tienen fácil, pero es posible.

La reacción fue inmediata. La derecha y los poderes fácticos, con sus portavoces mediáticos, definen el Pacto como experimento condenado al fracaso, a P. Sánchez como un saltimbanqui, y al PSOE como un partido sumido en la irrelevancia. Los más duros proponen un Gran Pacto PSOE/PP similar al alemán; olvidando que España no es Alemania, ni el PSOE es el SPD, ni el PP la CDU. Conviven algunos versos libres que proponen un Pacto de Estado PP/PSOE en temas básicos y un gobierno socialista en minoría. Ambas propuestas, vista la desubicación de Ciudadanos, convertirían a Vox en el líder de la oposición.

El conflicto catalán, guste o no, es político y requiere diálogo e iniciativa en el marco de la Constitución tal como se explicita en el preacuerdo. Pero no faltan próceres socialistas que claman a los cielos por la (casi) imprescindible abstención de ERC, que no será fácil, especialmente en época casi preelectoral en Catalunya. Al otro extremo se ubica la estrategia común de la derecha española: zanahoria y palo. Tanto PP como Cs han apoyado la iniciativa de Vox de ilegalizar a todos los partidos soberanistas; mientras que, a su vez, el PP propone aplicar la Ley de Seguridad Nacional, Ciudadanos renovar el 155 y Vox anular el Estado de las Autonomías.

Concluyo con unas líneas de mi amigo, y mejor analista, Josep Ramoneda: "Es evidente que el nuevo gobierno es una apuesta complicada. Pero es una segunda oportunidad que les llega a quienes lo dejaron escapar cuando tocaba. Y que ha pillado a contrapié al establecimiento económico, político y mediático que ya estaba poniendo en marcha el turbo para imponer un gobierno de coalición PSOE-PP, que es la gran fantasía de quienes quieren neutralizar la política".

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