Es muy probable que usted esté calibrando los pros y contras de adquirir un automóvil eléctrico. Bien sea híbrido - mitad motor de explosión, mitad eléctrico - o con propulsión íntegramente realizada mediante baterías. Que en los últimos años han visto reducir su tamaño,peso y aumentar su autonomía. Factores clave para el "boom" exponencial que en la materia de conectividad viven los llamados "coches ecológicos". Toda esta revolución tecnológica tiene un nombre propio: el litio. Y mayormente, un lugar de procedencia, la República Boliviana.
Por ello es básico controlar de alguna manera al país con una de las mayores reservas mundiales del preciado metal. El nuevo petróleo. Por tanto, una pieza de incalculable valor en la moderna geopolítica internacional. De alguna manera, y salvando las obvias diferencias, Bolivia podría devenir en la nueva Arabia Saudí.
No estamos hablando de un pastel menor: cada vez que echen un vistazo a su móvil, podrán ver una ínfima parte de las entrañas andinas. Por tanto, de los ingresos que el Gobierno de un determinado color político podría demandar a las extractoras. O, en caso de que dicho gabinete cambie, el capital que dichas compañías se podrían ahorrar.
Que el ya expresidente Evo Morales pudiere haber incurrido en presuntas irregularidades durante el transcurso de la primera vuelta a las elecciones presidenciales parece fuera de toda duda. Lo que queda mucho más en el aire es hasta qué punto esas fechorías han sido reales o bien han sido debidamente exageradas. Producto de un bien engrasado aparato de prensa, experto en ganar conflictos a base de lo que se llaman "fake news" o falsedades creíbles.
Lo que sí es cierto es que esa Constitución Boliviana recoge en su Ley Electoral la repetición de las elecciones. Pero no la intervención del Ejército para la proclamación de un nuevo presidente. La imagen de un Senado semivacío, con una minoría de asistentes jaleando a una política fuera de sí nos recuerda a los españoles episodios muy recientemente acaecidos en Cataluña. La cosa acabó muy mal.
No parece que aguarde mejor final para el pueblo boliviano. Sobre todo si se le ocurre volver a votar libremente. Algo que, por lo visto, no parece interesar demasiado. Será muy relevante el conocer la postura del nuevo gabinete español. También de la Unión Europea. No tan sólo por el descabalgamiento de Morales, que parece ser un hecho consumado. Sino por si se detectan irregularidades en las próximas elecciones presidenciales a celebrar en el país sudamericano. Si es que se celebran con tanta celeridad como se ha asegurado en un principio.
Y es que teniendo en cuenta el historial intervencionista del Ejército de aquel país sobre su clase política, se pueden tener dudas más que razonables para que existan muchas prisas en devolver el "statu quo" democrático a su verdadero destinatario. Es decir, a la ciudadanía del país andino. Que es la que nunca debería haber dejado de tenerlo.
