Las elecciones de ayer dejan dos claros derrotados en Balears: el PSIB-PSOE pierde su tercer diputado y Ciudadanos el único que tenía; y dos ganadores, PP y Vox, que logran su pretendido empate a cuatro con la izquierda. Sin disimular su profundo disgusto, Francina Armengol reconoció que su partido "ha retrocedido". Los 21.563 votantes que los socialistas baleares pierden respecto a abril podrían haberle aumentado el malestar, de haberse cambiado de siglas. El haberse quedado en casa empeora la situación de Armengol. Su formación es la que más acusa la elevadísima abstención en las islas -un auténtico drama para la democracia-. Pese a escudarse el candidato Pere Joan Pons en que fue un domingo de lluvia, ni el PP ni Vox notan el mal tiempo. Todo lo contrario.
Ayer la presidenta también se quejó amargamente del ascenso de "la extrema derecha". De todo ello, la pérdida de un escaño y el auge de los ultras, puede darle las gracias a su jefe. Un gran estratega, Pedro Sánchez.
