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Camilo José Cela Conde

Una menos

La compra de Air Europa por parte de Iberia sigue al sucesivo entierro de Aviaco, Air Spain, Spantax y Spanair, condenadas al cierre por un espacio aéreo en manos de cada vez menos multinacionales gigantescas

La compra de Air Europa por parte de Iberia „bueno, de su empresa madre, International Airlines Group, IAG„es el último paso que lleva a la desaparición de las compañías aéreas españolas. Sigue al sucesivo entierro de Aviaco, Air Spain, Spantax y Spanair, todas ellas pujantes en su momento y condenadas al cierre más tarde por distintas causas, aunque todas ellas apuntan en la misma dirección: la de un espacio aéreo en manos de multinacionales gigantescas que son cada vez menos. Aunque en este país nos parezca tener aerolíneas más o menos locales como Air Nostrum, se trata en realidad de filiales operativas de Iberia que no durarían ni seis meses sin los vuelos que cubren para ella. Y por lo que hace a Vueling „dejando de lado el pésimo servicio que ofrece„, es como se sabe propiedad de IAG. Queda sólo Binter, casi reducida en exclusiva a los vuelos interinsulares canarios, que fue propiedad de Iberia hasta hace cosa de quince años.

Se diría que, al menos, nos queda Iberia, la compañía de bandera en tiempos, que a los más viejos como yo nos sigue sonando a la referencia por lo que hace a una aerolínea española de toda la vida. Con la salvedad de que ya no lo es, según resulta de dominio común, ya que ha pasado a ser en la práctica una filial de British Airways. Con el agravante de que no se sabe lo que puede suceder si el Brexit resulta terminar en el caos de una salida de la Unión Europea sin acuerdo alguno, como el presidente Boris Johnson anhela. ¿Qué le sucedería entonces a Iberia, una empresa más de la multinacional IAG que se supone que tiene su sede social en Madrid pero es un holding claramente británico.

Parece lógico pensar que ni el gobierno del Reino Unido ni el del Reino de España „si conseguimos alguna vez tener uno que no se encuentre en funciones„ impedirán el caos que supondría dejar los aeropuertos de toda Europa sin vuelos de Iberia. Pero lo cierto es que, suceda lo que suceda con el Brexit, nos hemos quedado ya sin una sola compañía española que sirva de referencia en el espacio aéreo. Incluso Air Berlin que, en su día y por lo que respecta a este archipiélago, era lo que más se le parecía (aun siendo alemana), cerró sus puertas. Pero el principal problema de transporte que tenemos en Baleares, el de que dependemos por completo de los vuelos, sigue siendo el mismo. Parece en ocasiones difícil, si no imposible, que se entienda desde las alturas „y no me refiero a las de las nubes„ que las conexiones aéreas son en estas islas un servicio público de absoluta necesidad, tan crucial como el suministro eléctrico. Asusta oír barbaridades como las que han soltado miembros significados del gobierno del presidente Sánchez, dudando de la necesidad de conceder subvenciones a los residentes. Y la verdad es que apenas sorprende que el programa electoral del PSOE no mencione siquiera ese asunto.

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