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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Crónicas electorales (IV): ¡Comienza la campaña electoral!

El pasado viernes se inauguró oficialmente la campaña después de una interminable precampaña dominada por el insulto y la descalificación entre unos y otros (y viceversa) mientras los ciudadanos seguían ocupados y preocupados por múltiples retos. No olvidemos el porqué de la repetición electoral: la incapacidad de nuestros partidos, con mayor o menor responsabilidad, de llegar a acuerdos para la formación de un gobierno estable y capaz de hacer frente a los graves problemas estructurales: cohesión territorial incluido el conflicto catalán y la financiación autonómica; la economía inmersa en una desaceleración económica (no recesión); los problemas sociales y de igualdad tales como la reforma laboral y las pensiones; la calidad democrática con la trasparencia, la llamada Ley Mordaza? Y suma y sigue. Es posible que el debate electoral de hoy trasmitido por los diversos canales de televisión con la participación de los principales candidatos pueda darnos pistas de cuál puede ser el clímax de la campaña, así cómo se definen los distintos partidos ante los principales retos que nos afectan.

Únicamente una breve reflexión referida a la cohesión territorial. La cohesión política y social no está garantizada con el vigente modelo de Estado autonómico que, sin negar resultados relativamente positivos, hoy está obsoleto. El actual sistema de financiación es ineficaz e injusto. El conflicto catalán ha alcanzado límites insostenibles, y seguirá presente durante toda la campaña y continuará vivo después del 10N. Y sus consecuencias políticas, económicas, sociales y de convivencia repercutirán en el conjunto de España y no solo en Catalunya. Guste o no guste el conflicto es político, lo que exige más allá del diálogo de besugos hablar y escuchar, lo cual no implica ceder en referéndums de autodeterminación y/o independencia, Pero, además de escuchar, habrá que proponer iniciativas. La situación está encallada entre las fuerzas políticas y sociales independentistas que, aunque no sean uniformes, se posicionan en el radicalismo sin pasar por alto la patética figura de Quim Torra. Los partidos de la derecha se ubican en la otra radicalidad, aplicar la Ley de Seguridad Nacional (PP), acudir al 155 (Cs), anulación estado de las autonomías (Vox). Los enfrentamientos y las ambigüedades suelen terminar como el rosario de la aurora.

España, sus ciudadanos y ciudadanas, no se pueden permitir unas nuevas elecciones. Pero la formación de un gobierno estable, ni tan siquiera la elección de un presidente, resultará fácil. El bipartidismo, nos guste o no, no refleja una pluralidad y diversidad que sí están presentes en el Congreso de Diputados y Senado. Incluso en el interior de cada uno de los dos bloques ideológicos (derecha/izquierda) hay diversidad y pluralidad, y sin mayorías suficientes. No sólo la Investidura en primera lectura, sino también las reformas tendrán que negociarse para obtener mayoría. La mayoría absoluta es de 176 diputados, la derecha tiene hoy 147 diputados y la izquierda 165 escaños. Y en segunda lectura confiar en la abstención de su "enemigo" político es soñar despierto.

Concluyo con un breve comentario del sondeo del CIS, bueno para unos e intolerable para los demás. Sin pasar por alto el hecho de que el CIS del denostado Tezanos, conviene recordar que acertó con mínimas desviaciones los resultados de las últimas elecciones generales del pasado mes de abril. Dicho lo cual el reciente sondeo da una mayoría amplia al bloque de izquierdas. PSOE (133-150 muy superior a anteriores sondeos) y Unidas Podemos (37-45). En el bloque de la derecha sólo sube el PP (74-81) índice muy inferior al que le daban otros sondeos. En teoría la izquierda podría formar un gobierno presidido por Sánchez con la participación o apoyo de Unidas Podemos. Pero,vista la experiencia anterior, está por ver. Teóricamente caben otras formas posibles: PSOE-PP o PSOE-Cs. Pero España no es Alemania para plantearnos una gran coalición; ni Ciudadanos de Rivera tienen parentesco con los liberales europeos.

Pero dicho lo dicho, el mismo Tezanos hace referencia a que la fecha de ejecución del trabajo de campo es anterior a la sentencia del Supremo. Queda por ver cuál puede ser la influencia del conflicto de Catalunya en los resultados electorales del próximo 10N, que podrían alterar los resultados del CIS. No resulta baladí que un porcentaje relevante manifieste que todavía no tiene decidido a que partido va a votar. Es posible que los escasos días de campaña puedan ser decisivos.

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