El Consell de Govern aprobó el jueves la ampliación de la Academia de Rafa Nadal y la legalización de 80 plazas turísticas deportivas en el complejo de Manacor. Pero tras finalizar la reunión del Ejecutivo, los dos consellers de Podemos, Mae de la Concha y el vicepresidente Juan Pedro Yllanes, emitieron un comunicado criticando duramente la decisión que acababan de tomar de forma colegiada y desmarcándose de ella, como si eso fuera posible: formar parte de un Govern a tiempo parcial, eludiendo a voluntad las responsabilidades de los asuntos espinosos o de aquellos más difíciles de justificar ante su electorado. El primer ministro británico, Boris Johnson, también apuesta al mismo juego a conveniencia, el del rechazo de toda responsabilidad por decisiones propias. Había dicho y repetido una y mil veces que Gran Bretaña saldría de la UE "costara lo que costara" el 31 de octubre, que antes prefería "estar muerto en una zanja" que pedir otra prórroga para el Brexit. Pero volvió a solicitarla. Y el plazo se amplió esta semana hasta el 31 de enero. "¡No es culpa mía", se apresuró a clamar ante la opinión pública, señalando al líder laborista Jeremy Corbin. Pero de todos los especialistas en eludir responsabilidades propias, el gran maestro es Quim Torra, presidente de la Generalitat. Todavía chirría en las hemerotecas su declaración institucional tras la sentencia del procés, en la que más allá de la valoración sobre la dureza de las penas, calificó el texto de "insulto a la democracia", la que él representa, claro, como si los políticos condenados no hubieran recibido repetidas advertencias del Constitucional en cada paso en falso que daban.
