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Hoja de calendario

Pedro Villalar

Lesivo sectarismo

La calidad de la democracia se puede medir fácilmente por la consistencia de las convicciones y por el pudor con que el cuerpo social y sus líderes las preservan de la demagogia. Así, cuando un cambio de gobierno en las urnas provoca la reversión sistemática de las decisiones del anterior, sin calibrar la calidad y la pertinencia de lo que se destruye, se puede concluir que la pretendida democracia ha sido desbordada por el sectarismo.

Viene esto a cuento de lo ocurrido con Madrid Central. Finalmente, el nuevo alcalde, del PP, ha "suavizado" las restricciones al tráfico que había impuesto el anterior equipo de gobierno de la ciudad, de izquierdas, en la almendra de la urbe. Se revierte por tanto un primer paso en el camino de la descontaminación y de la descarbonización del medio ambiente urbano, que se había adoptado en línea con las prescripciones de Bruselas y con el interés de una sociedad que está enfermando materialmente por la mala calidad del aire que respira.

La medida es descalificante. Ya no se puede esperar nada de un alcalde que hace prevalecer su prurito personal, el empeño en desautorizar a su predecesor, sobre la conveniencia, la salud y la vida de sus conciudadanos.

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