Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Ayudas de alquiler en tiempo real

La idea es buena, destinar 6,3 millones de euros públicos a paliar los desorbitados precios de los arrendamientos en las islas. Merecería algo más de excelencia y cuidado en su ejecución para no llegar tan tarde.

El Govern acaba de anunciar la inminente convocatoria del programa de ayudas al alquiler para 2019. Si llega a tardar un poco más se le acaba el calendario, que no la emergencia habitacional tan cacareada como desatendida y postergada. Tal vez nos estamos poniendo un poco tiquismiquis con que la publicación de unas subvenciones para el ejercicio en curso se haga en el mes noveno. Vale, entre que se presentan los asfixiados candidatos, se resuelven y tal, se nos hacen las Navidades, aunque tanmateix€ Las ayudas para el alquiler correspondientes a 2018 no se han empezado a pagar a quienes las tienen concedidas. Efectuando un cálculo generoso, las del año pasado se podrían cobrar el que viene, y las de este€ No se espabilan nuestros bronceados próceres al ritmo del mercado inmobiliario, más acelerado que un patinete eléctrico. Balears ya es la tercera comunidad con las habitaciones compartidas más caras de España, solo después de Cataluña y Madrid, a 384 euros al mes de media y subiendo. De los pisos, ya ni hablamos. De las casas, podemos hablar pero en algún idioma no oficial en el archipiélago. Los propietarios exigen a sus inquilinos meses de fianza y anticipos, a ellos no les importa un pimiento la burocracia ni las necesidades familiares, ni el sueldo mínimo ni la inflación, echan a los arrendatarios si encuentran quien pague más y se acabó. Y mientras, el responsable de aflojar un poco el nudo en el cuello de los ciudadanos que sufren la vida en alquiler no consigue rematar la faena de evaluar las solicitudes y soltar el dinero. Fue un poco penoso escuchar al conseller del ramo, el socialista Marc Pons, enhebrando excusas para explicar tan poca agilidad. Las elecciones, dijo. Puede. Tal vez las sucesivas fiestas de la democracia paralicen la Administración, pero el resacón no afecta por igual a todos los asuntos.

La contratación de asesores y cargos de confianza no ha cesado en periodo veraniego en todas las instituciones. Docenas de ellos, y no creo que vayan a esperar un año como los beneficiarios de las ayudas del alquiler para cobrar sus sueldos públicos. Son más que la legislatura pasada del mismo Pacto de Progreso, y más que con el PP. Puntualmente publicados en el BOIB, acordados en raquíticos consejos de gobierno con muy poco más en el orden del día. La parte amiga del capítulo de personal no conoce los retrasos. El sufrido contribuyente que no llega a fin de mes, sí.

Vivimos en campaña electoral desde hace dos años, instalados en la palabrería, el debate absurdo, en el anuncio y en el postureo. Nadie trabaja y se calla; se dice que se hará y luego si te he visto no me acuerdo. Este martes, el presidente en funciones Pedro Sánchez ha vuelto de vacaciones con una batería de 370 propuestas para un posible acuerdo de Gobierno con Podemos. Oigo la palabra propuesta y me pongo mala. Tanto, que tengo que buscar una película de Chuck Norris en la tele para que algo de acción sirva de antídoto. Aunque parezca increíble, ninguna de las 370 es nueva, nos hallamos ante otro puro refrito de argumentarios ya conocidos. Pero, esperen, que hay una sobre alquiler: el compromiso de frenar las abusivas subidas de precios. No dice cómo. Y lo que es peor. No dice cuándo.

Compartir el artículo

stats