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La política internacional de símbolos

La Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de Donald Trump permitiéndole redirigir 2.500 millones de dólares destinados al Pentágono a construir un muro fronterizo entre los Estados Unidos y México. El Tribunal de mayoría conservadora anuló por un voto, 5 a 4, una decisión del juez federal de distrito Haywood Gilliam, quien en mayo dictaminó que apropiarse del presupuesto del Departamento de Defensa para la lucha contra las drogas era ilegal.

Con la construcción del muro Trump hace un nuevo ejercicio de ese realismo político que responde a los cánones de lo que Robert Gilpin denominó "estabilidad hegemónica", por cuanto el presidente demuestra la capacidad desproporcionada que tiene EE UU (potencia hegemónica) para incidir en las políticas internacionales como actor preponderante. Invoca la entrada masiva de drogas e inmigrantes por la frontera sur para justificar la construcción del muro. Aunque se le supone que debería ser consciente que se trata de un símbolo sin ninguna utilidad práctica.

La entrada de mercaderías entre EE UU y México circula a través de San Diego, el Paso y Laredo. Por El Paso entra un tráiler cada 15 segundos, y según la DEA (Agencia de Control de Drogas) el 75% de ella circula por esas vías legales. Es imposible parar y registrar todos esos vehículos sin colapsar el tráfico comercial internacional. La mayoría de la heroína que se consume en los EE UU proviene de México, y la DEA sostiene que se introduce oculta en vehículos de propiedad privada o en camiones de transporte, mezclada con otros productos. Informa que en 2017 se incautaron 7.979 kilos de drogas, de los cuales 1.073, la partida más importante, fueron aprehendidos precisamente en uno de los puntos citados: el corredor de San Diego.

La guerra contra las drogas se libra hace cincuenta años, y actualmente en EE UU muere más gente por consumir que en accidentes de tráfico o por arma de fuego. El muro no va a cambiar esa realidad tan compleja. La multinacional de las drogas, el mayor imperio económico del mundo, seguirá produciendo y traficando con los consumidores americanos. Un muro de acero y hierro sólo es un símbolo de poder fálico, por cuanto la relación comercial entre México y Estados Unidos ha mejorado significativamente en los primeros dos meses de 2019 a pesar de las tensiones en la frontera. El intercambio de mercancías de enero y febrero acredita que México se ha convertido por primera vez en el principal socio comercial de EE UU, rebasando a China.

La cuestión de la inmigración tampoco se va a solucionar con el muro. Recientemente la jefa de la patrulla fronteriza, Carla Provost, manifestó ante el Comité Judicial del Senado que la situación en la frontera estaba fuera de control y que su personal se enfrentaba a una crisis humanitaria sin precedentes. Que el perfil del inmigrante medio responde al de familias enteras que huyen de la violencia en Centroamérica y se entregan a los funcionarios de fronteras, manifestando el temor de regresar a sus países de origen. No son mafias de traficantes como sostiene Trump.

Para solicitar el estatus de refugiado en EE UU los extranjeros deben obtener un permiso para entrar en el país antes de viajar. Pero los que llegan a la frontera sin esa autorización pueden solicitar el "asilo a la defensiva" para evitar ser deportados a una situación de "temor creíble". Estas reclamaciones se remiten a los Oficiales de Asilo de los servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos y el muro no va les va a disuadir de solicitar asilo legalmente en cualquier puerto de entrada. Trump es consciente de las cifras de 2018 que reflejan que mientras 600.000 personas fueron detenidas cruzando ilegalmente la frontera, 660.000 ingresaron legalmente en EE UU y, además, sobrepasaron su fecha de salida prevista para 2018.

Matteo Salvini, personaje que describió el euro como "un crimen contra la humanidad", que se opone al matrimonio homosexual, y al embargo a Rusia de 2014 promovido por la UE -Bruselas- y EE UU motivado por la anexión de Crimea y la desestabilización de Ucrania; que presume en las redes sociales de una política anti migratoria muy agresiva de puertos cerrados, es otro caso de política de símbolos. En 2018, por estas fechas, estuvo a punto de ser procesado bajo la acusación de secuestro y abuso de poder por la incautación del barco Diciotti con 150 inmigrantes a bordo. Le salvaron los votos del movimiento Cinco Estrellas en el Senado italiano que evitaron que perdiese la inmunidad parlamentaria para ser procesado por la fiscalía. Un año después, de nuevo la justicia le ha desacreditado en el caso del Open Arms y el jueves 29 de agosto el juez de instrucción de Agrigento Stgano Zammuto ha ordenado la liberación del barco de la ONG.

Ejemplos internacionales de política de símbolos. Estos son el modo de expresión de la conciencia mítica a través de una realidad material y sensible. De una imagen que se materializa en el ensañamiento. Porque la función esencial del símbolo es dar presencia material a una realidad inmaterial. La demostración de la fuerza. Pero la del lado oscuro. La viralización del odio.

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