Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juan José Millas

Tierra de nadie

Juan José Millás

Mil ojos

tiquetar está muy mal visto en algunos ámbitos, pero la etiqueta es uno de los grandes inventos de la humanidad. Gracias a ella encontramos sardinas en aceite en la lata en la que pone sardinas en aceite y melatonina en el envase en el que pone melatonina. Lo contrario nos llevaría a combatir el jet lag de forma un poco indigesta, además de infructífera. Una confusión en el etiquetado de dos fármacos se encuentra en el origen de un brote de hipertricosis, o síndrome del hombre lobo, caracterizado por el exceso de vello a lo largo del cuerpo. Las víctimas han sido bebés con problemas gástricos, a quienes se administró la medicina equivocada por culpa de la etiqueta. El asunto implica una falta alarmante de controles en un asunto de enorme gravedad. Transmite la impresión de que se rotula a lo loco.

Si en la carnicería pides un cuarto de pollo y te sirven cien gramos de chorizo, puedes protestar porque el error salta a la vista. Pero con los jarabes, las cápsulas y las pastillas estás perdido. Te tienes que fiar de lo que pone en la caja (no de lo que pone en el prospecto: los prospectos no hay que leerlos nunca porque son cuentos de terror: los efectos secundarios provocan aquello de lo que te curan). Con las etiquetas de los remedios para las enfermedades, en fin, no se debería jugar a la lotería.

-Yo necesitaba un específico para la tos, pero me ha tocado una loción para el lumbago.

-Mala suerte. Apuesta de nuevo.

La noticia de la hipertricosis nos ha traído a la memoria el relato de la Torre de Babel, donde le pedías al compañero un ladrillo y te daba un ladrillazo por falta de entendimiento. El etiquetado defectuoso, ahora mismo, no afecta solo al sector farmacéutico. En el mundo de la política, sin ir más lejos, se califican de liberales personas partidarias de la esclavitud laboral. Y, populares, individuos muy alejados de los problemas de la plebe. Hay asimismo ciudadanos cuyo comportamiento es contrario a las enseñanzas del Evangelio, pese a llevar la etiqueta de cristianos tatuada en la frente. Hay que andar con mil ojos, pues, para que no te den gato por liebre o crecepelos por antiemético.

Compartir el artículo

stats