Los calores nublan la inteligencia, si es que existe, en todas partes del mundo. Desde esta diminuta isla del Mediterráneo hasta el epicentro del imperio. Las páginas de los periódicos se llenan durante el verano de frases que ponen en duda la capacidad de raciocinio de la raza humana. Esta es una breve selección de sandeces veraniegas. Ser más exhaustivo supondría un gasto de papel inaceptable.

Carmen Calvo recordó el miércoles que el Open Arms “no tiene permiso para rescatar”. La vicepresidenta no ha comprendido que no solo es importante lo que se dice sino cómo se dice. Las palabras de la socialista implican que si un mallorquín navega con su llaüt y encuentra una patera a punto de naufragar debe revisar su documentación para decidir si echa una mano o vira en redondo y deja que los navegantes se ahoguen. Calvo es especialista en meterse en charcos cuando negocia con Podemos y falsifica documentos o cuando intenta imitar a Matteo Salvini en cuestiones migratorias.

El general de Vox degradado a concejal raso en Palma ha arremetido contra la emisión de una película en catalán. Asegura que en la isla se habla mallorquín. El militar reconvertido en político debería leer el diccionario de la Real Academia Española donde deja muy claro que el catalán es una “lengua romance que se habla en Cataluña y en otros dominios de la antigua corona de Aragón”, entre ellos Balears. Si busca en la misma fuente el vocablo mallorquín leerá: “Variedad del catalán que se habla en Mallorca”. Se esperaba de Fulgencio Coll Bucher el sentido común que escasea entre algunos de sus compañeros de viaje, pero dicen que todo se pega menos la hermosura.

?El bien bebido -por el vino de Quinta do Vale Meao a más de cien euros la botella que consume- Marcos de Quinto es diputado de Ciudadanos. El millonario ha llamado “bien comidos pasajeros” a los migrantes a bordo del Open Arms. El exvicepresidente de Coca Cola debería embarcar en este yate. Podría compartir sus carísimas botellas. Maridarían a la perfección con los menús de lujo que se sirven a bordo.

Quim Torra apuesta por una “confrontación democrática” con España. Según el presidente delegado de la Generalitat “si más de dos millones de ciudadanos nos plantamos ante un Estado demofóbico acabaremos tumbando la estaca que nos tiene atados”. Lluís Llach no cobrará derechos de autor por apropiarse de su canción, pero lo que no queda claro es qué opinión le merecen los otros 5,6 millones de habitantes que viven en Catalunya.

La consellera balear de Hacienda, Rosario Sánchez, fía un futuro sin recortes al azar: “Habrá que ver cómo evoluciona la economía, si tenemos nuevo sistema de financiación, si aumentan las transferencias del Estado y nuestra capacidad de generar ingresos”. Y si llegan 177 millones que nos debe Madrid. Y si se forma Gobierno. Y si Pedro Sánchez nos trata mejor que Mariano Rajoy. Muchos condicionantes contra la experiencia de décadas. Es más probable que funcione un ciri a la Sang que se cumplan deseos de la consellera.

Siguiendo por estos lares, la consellera nacionalista Fina Santiago acusa al presidente del Gobierno de “falta de liderazgo en Europa ante el reto de la inmigración”. La respuesta le ha llegado de la socialista y sanchista Sofía Hernanz. La acusa de “populismo” y de promulgar “falsedades”. Francina Armengol debe ponerse en alerta. El buenrollismo de la primera legislatura ha caducado.

Donald Trump considera “repugnante” que la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, califique de “absurda” la propuesta de EE UU de comprar Groenlandia. Recordar en manos de quien está el botón nuclear produce escalofríos.

Empezamos a desear que se acabe el verano.