Diario de Mallorca

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Impaciencia y desacuerdos sobre temas nimios. Ayer se comentaba la caída de la divisa argentina ante la convocatoria de elecciones en el país, "el peso" esta por los suelos, -cotiza más o menos a O.016 euros-; se hablaba de la devaluación de yuan chino decretada por el gobierno de aquella peligrosa potencia económica, lógica reacción a los aranceles del tosco Trump; se analizaba la incidencia que tendrá el "brexit" que pretende otro cerril, Johnson. De ahí derivó el tema de la paridad de las monedas y la importancia que tienen sobre los mercados las decisiones que irremediablemente trastornan el orden que debe de presidir el buen funcionamiento de la economía. Mientras otros pensaban que la economía tiene suficientemente fuerza por si misma como para no verse afectada por los políticos. Alguien advirtió que discutir sobre dinero, monedas y políticos podría ser "discusión bizantina".

La discusión bizantina derivó en un intercambio de opiniones sobre si dinero y moneda eran sinónimos de lo mismo y sorprendentemente se oyeron variadas afirmaciones, algunas muy curiosas y otras equivocadas y otras que aportaban nada. Acudir a la etimología de las palabras ayuda a encontrar el origen, el significado y el porqué de muchos vocablos. Tanto moneda como dinero proceden del latín -moneta- y -denario-. En Roma, en el monte capitolio, estaba situado el templo de la diosa Juno Moneta, (año 344 a C.), deidad muy venerada en la capital del Imperio, a la que se le atribuía la virtud de advertir de cualquier peligro que pudiese afectar a la ciudad, -monere- (advertir), de ahí "admonición" en castellano. El aviso, admonición o advertencia lo daban unos gansos que vivían alrededor del templo. Junto a este oratorio estaba situada la Domus, (casa) donde se fundían y obraban las monedas de los denarios que acabó recibiendo el nombre de Moneta (de la moneda), por su proximidad al santuario. La protección de la diosa y la vigilancia de las ocas daba seguridad a la Casa de la Moneda y a los denarios recién emitidos. Hoy también estas piezas de metal son las monedas corrientes, pero igualmente reciben la denominación de moneda los billetes de curso legal. En la actualidad el Fondo Monetario Internacional, - Inernational Monetary Fund- tiene sede, -su templo-, en Washington y asume entre otras funciones la de fomentar la cooperación monetaria y la provisión de dinero a los países miembros.

Todas esas elucidaciones sobre dinero y moneda llevaron a la conclusión de que aquella conversación podría ser otra "discusión bizantina", expresión que dio pie a comentar el origen de esta frase, frase hoy todavía en uso, que tiene su inicio en el Imperio Romano de Oriente, en cuya capital, Bizancio, se perdía el tiempo en discusiones de menor importancia y sobre las que era difícil extraer alguna conclusión. Las discusiones bizantinas en las que participaban políticos, prelados y filósofos se centraban en temas nimios como el sexo de los ángeles, sobre si los ángeles eran espíritus con sexo masculino, femenino o si eran hermafroditas, en vez de resolver los asuntos importantes que amenazaban al Imperio. Otro tema de disputa permanente que distanciaba a la Roma católica, capital de los Estados Pontificios, de Bizancio, capital del Imperio Romano de Oriente, era la cuestión "Filioque" (Ex Patre filioque), tema no resuelto entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa. En el Concilio de Nicea la Iglesia Católica sostenía que el Espíritu Santo procedía del Padre y del Hijo, mientras que la Iglesia Oriental no admitía que el Espíritu Santo procediese también del Hijo, (Jesucristo).

Por esta cuestión "bizantina" el Papa, en S. XI, excomulgó al Patriarca de Constantinopla y el Patriarca hizo lo mismo con el Papa de Roma. Esto que parece un asunto banal, -una pura discusion bizantina-, fue de gran trascendencia para la cristiandad. Cuando los turcos, en S.XV asediaron Constantinopla, el emperador de Oriente pidió ayuda militar al Papa de Roma, cabeza de los Estados Pontificios y comandante de sus ejércitos. El Papa puso una condición para prestar la ayuda solicitada, que la Iglesia Oriental aceptase la filiación del Espíritu Santo también con Jesucristo,- la Cuestion Filioque-. El Emperador Romano de Oriente, Constantino XI se negó, y como consecuencia no obtuvo la ayuda de los ejércitos papales y por esta falta de auxilio el 29 de mayo del año 1.453 el turco Mehmet II arraso el ultimo vestigio del Imperio de Oriente. Y todo ello por una discusión bizantina?.

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