En el Centro Andaluz de la Fotografía de Almería durante este verano se puede visitar la exposición "Taro y Capa en el frente de Málaga. Las fotografías de las Brigadas Internacionales". Toda mi familia es originaria de Málaga. Ellos estuvieron en la carretera de Almería cuando se produjo "La Desbandá". Todavía me llegan las imágenes de mis dos abuelas cosiendo, hablando muy bajito entre ellas, sin levantar la vista de la costura y cayéndoles lágrimas de los ojos. Entonces no llegaba a entender muy bien lo que decían. Fue mucho tiempo después cuando comprendí el verdadero alcance de aquellas lágrimas silenciosas y de sus historias contadas en voz muy baja.

Mis abuelas hablaban de madres con niños en brazos, corriendo cargadas con lo poco que habían podido recoger a toda prisa de sus casas. Hablaban de una joven pareja de recién casados intentando ahorcarse en un árbol con las medias de ella, aterrorizados y desesperados ante el peligro de unos terribles perseguidores y en medio de un incesante caer de bombas. ¿Cuántas historias más podría contaros de mis abuelas? Más de las que me gustarían, son muchas. Sus maridos, mis abuelos, murieron asesinados injustamente. Eran jóvenes a los que privaron, primero de la esperanza y finalmente de sus propias vidas.

En la memoria de los nietos están vivas las lágrimas de las abuelas y las historias que contaron en voz baja, pero también están vivos los ideales por los que se sacrificaron aquellos jóvenes. Lo hicieron por todos nosotros y su sacrificio no ha ser en vano.

Lo qué pasó en la Carretera de Málaga a Almería en el 37 fue verdad, a pesar del empeño de algunos de ocultarlo o negarlo. Ocurrió de verdad la masacre de miles de civiles huyendo despavoridos en medio de bombas desde el aire y el mar lanzadas por, entre otros, el Crucero Baleares, al que quieren seguir homenajeando las derechas de Balears e inexplicablemente también alguna entidad que, este caso, parece confundir patrimonio con propaganda fascista.

Por suerte vivo en Balears, en Mallorca, en Palma y aquí contamos con un gobierno y con las Asociaciones de Memoria Histórica que trabajan sin descanso para "no olvidar" porque saben que todavía somos muchos los que esperamos honrar como se merecen a nuestros queridos abuelos, padres, hermanos y maridos. Fue verdad lo que pasó y con nuestra memoria hemos de velar por que no vuelva a pasar.

Por eso es tan importante para nosotros que sigan produciéndose exposiciones como la del Centro Andaluz de la Fotografía de Almería. Necesitamos que salga a la luz la verdad que recogieron los testigos de aquella época. Testigos tan reconocidos como Gerda Taro, Robert Capa o Norman Bethune. Esos testimonios contribuyen a demostrar que lo que mis abuelas contaban no era ficción sino una amarga realidad.

Como mujer, junto a millones de otras mujeres y hombres en todas partes de nuestro planeta, estoy decidida a recordar, a seguir hablando en voz alta y a seguir estando presente y viva. No quiero ir a ningún rincón a llorar escondida como tuvieron que hacer mis abuelas.

Nos jugamos mucho y por eso es muy necesario que haya gobiernos comprometidos con la verdad, para que la memoria del pasado no se pierda y nunca vuelvan a sucedernos las mismas desgracias. Todos los gobiernos y todas la políticas no son iguales .

* Secretaria General de la Agrupación Socialista de Palma Llevant