Diario de Mallorca

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Norberto Alcover

En aquel tiempo

Norberto Alcover

Para saborear en verano

Recomendaciones literarias, musicales y cinematográficas entre tanta violencia, estrategia y traiciones

Cada verano, cumplo con la cita en estas páginas para sugerir libros, y algo más, que llevarse al corazón. Ante el mar, sobre todo si está terso, o ante la montaña, mejor iluminada, pero no menos ante el llano isleño, la más serena de las contemplaciones, apetece leer palabras de amor, sueños de poeta, que cantaba Serrat. Casi les diría que no importa lo que se lea, o la música escuchada, o las imágenes impactantes de cualquier pantalla. Importa el hecho mismo de la lectura, de la escucha, del visionado. Importa "salir de nosotros mismos para hacer hueco al otro". Y enriquecernos, al abrirnos nuevos caminos para hacer discurrir nuestra frágil existencia.

Pues bien, en esta ocasión y entre tantísima saturación de violencia, de estrategias, de precipitaciones y, sobre todo, de traiciones, permítame que les proponga tres textos literarios, además de tres compactos y tres correspondientes películas. Con específica relevancia de la literatura propiamente dicha. Todo, claro está, muy subjetivo, más o menos reciente en el muestrario cultural, pero que, pienso, les puede ayudar a vivir en mayor plenitud este tiempo de descanso? para quien descansa, claro está.

José Carlos Llop, excelente escritor y mejor amigo, ha conseguido, un texto literario maduro, urgido y distante, detallista y envuelto en esa memorización de sus afectos, siempre vinculados a lugares y personas que los inundan de referentes culturales del siglo XX. Oriente es, así una novela ensayística muy en la línea de Llop, casi la vuelta de tuerca de En la ciudad sumergida, de hace dos años, pero más elaborada y menos afectiva: un tanto lenta en sus comienzos, llevado el autor de un ensimismamiento narrativo, poco a poco nos lleva de la mano para contarnos los recuerdos de ese profesor ignominado, a través de su búsqueda, de su deseo, y por supuesto de su amor. Se ha dicho que Llop es un "autor sensual".

Yo diría que es un autor "ilustrado desde el Mediterráneo". Nunca deja de "contar" pero siempre cuenta "desde su propia alma poética". Por esta razón,se hace necesario recuperar su poemario Cuando acaba setiembre, de 2011, que marca un antes y un después en su producción. Novela atípica en la actualidad, exige pausa y serenidad para degustarla. Abrazo al amigo y felicito al novelista.

Gabriel Amengual, sacerdote y profesor universitario mallorquín en madurez acumulada de forma intempestiva, nos deja memoria de una enfermedad en otro ejercicio de una escrupulosidad admirable. Se auto contempla como un entomólogo al microscopio, desde un realismo casi científico, pero siempre en aras de un humanismo cristiano impoluto: narra el dolor sin renunciar al amor, a la compasión, a la esperanza, a la fe su epílogo, titulado "Ancianitat ociosa" es una invitación a "vivir en densidad desde una inalterable sencillez". Enfermedad, especialistas de la sanidad, protagonismo del hospital en cuanto tal, espíritu de gratitud, y un clasicismo absolutamente clásico, hacen de esta brevísima memoria una gloga sabia y serenamente pasional. Otro amigo al que abrazar y al que felicitar de verdad.

Tolo Alzina, mallorquín, Pere-Jordi Munar, catalán, y Corine Carreira, Sao Paulo, dos españoles y una brasileña, han confeccionado una especie de salterio dedicado a La Gratitud. Solamente por la contraculturalidad que supone un texto de tal naturaleza, ya merece ser leído: en tiempos de desolación, escribe Ignacio, no hacer mudanza? pero hacer contra la causa de tal desolación, segunda parte de la frase pocas veces citada. Los autores y la dibujante nos ayudan a ese "hacer contra" la causa de tanto desasosiego que nos hemos impuesto, sobre todo por la presión de universo mediático que nos domina. Sus breves biografías, excelentes. Sus reflexiones, certeras. Sus dibujos, tan sencillos como sugeridores. Se trata de leer el texto sin prisas, casi "haciéndonos niños", y dejando de lado esa terribilidad existencial que tanto daño nos provoca. Un libro "de autolimpieza emocional", que forma parte de una colección de título enjundioso: Col-lagen per a l'ànima. De nuevo, felicidades.

Tal y como indiqué al comienzo, ahí van tres sugerencias relacionadas con el mundo de la música, el más exquisito. Será interesante y desintoxicador recuperar el Concierto de Queen en Wembley el 12 de julio de 1986: en su desarrollo se fusionaron de una vez por todas el pop y el rock hasta llegar a los dos minutos de improvisación de Fred Mercury, que marcaron época. Si nos aproximamos a otra vertiente musical, las más clásica, se me ocurre, los Conciertos de las Sinfonías de Mahler 1-9, dirigidos por el siempre excelente Claudio Abado. Y, en fin, aunque sea una cierta concesión a la moda, celebren la voz de Rosalía en Malamente, aunque desde hace pocas semanas los puritanos de turno afirman que esta mujer es un producto de laboratorio y nada más. Me permito dudarlo. Demoler es la gran tentación española.

Y cierro estas líneas con tres sugerencias cinematográficas infrecuentes entre nosotros, pero, que valen su peso en oro: Una historia inmortal, del siempre desconcertante Welles; 2001 Una odisea en el espacio. Del siempre recordado Stanley Kubrick; y, en fin, Ocho y medio, del humanista F ederico Fellini. Tres obras, tres autores, tres universos culturales. Un tanto nuestros

Que pasen buen verano. No caigan en la trampa.

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