Llegan aprendidos de casa. No se ha tenido que hacer un especial esfuerzo de persuasión para que los chicos (perfectamente segregados: fuera chicas, como debe ser) que cursan en el colegio Llaüt, centro en el que el Opus Dei tiene puestas sus complacencias, se dejen fotografiar haciendo el ominoso saludo fascista, el de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, el que el franquismo instauró en España hasta que el dictador se fue a rendir cuentas ante el Altísimo. Algunos de los chavales tienen estilo: ejecutan impecablemente el mussoliniano saludo. En la bandera de España, ultrajada, está Vox, con lo que se cierra el círculo: Opus Dei, extrema derecha, recuerdo de los viejos buenos tiempos. Nacionacatolicismo. Eso es lo que nos dice la foto publicada por DIARIO de MALLORCA, que ha puesto a los pies de los caballos a un centro docente y a una institución que pretenden ofrecer insuperables métodos educativos anclados en valores que entroncan con los que siempre ha defendido la extrema carcancia hispana. Colegio concertado: recibe financiación pública amparado por los tribunales de justicia.
Más allá de la foto, que ante todo y por encima de todo es la foto con la que se retrata el Opus Dei, sus métodos, sus obras y sus pompas, hay que atender a las risibles explicaciones que el colegio ha ofrecido para justificarse ante lo injustificable: al profesor que plasmó la chirriante imagen, se le ha suspendido unos cuantos días de empleo y sueldo. Castigo liviano con el que se busca cubrir el expediente. Los alumnos han dado a conocer un comunicado disculpándose. Naturalmente el comunicado no es suyo. Otro intento de la dirección del centro para limitar los daños del estropicio. Piden perdón "por el lío que se ha montado", lamentan "las molestias" y aseguran que "no volverá a pasar". Molestias, ninguna, sino más bien agradecerles que hayan posibilitado conocer qué es lo que existe en las aulas de Llaüt. En el centro educativo del Opus Dei sí que hay el tóxico adoctrinamiento que desde su campo ideológico se denuncia que se da en los colegios públicos. El líder de Vox en Mallorca, Jorge Campos, acompañado del desnortado Ciudadanos y, a veces, de los más precavidos del PP, execran el adoctrinamiento pancatalanista, la perversa ideología de género que se imparte en la enseñanza pública. No negaremos, ni mucho menos, que en determinados centros el nacionalismo hace de las suyas. También son inasequibles al desaliento. Lo ocurrido en Llaüt excede lo visto hasta el momento: de ser un colegio estrictamente privado podría lamentarse la desquiciada educación que parece ofrecer, pero dado su carácter concertado, el adoctrinamiento que deja ver la foto en cuestión no puede ser pasado por alto. Volvamos al principio: es casi seguro que llegan aprendidos de casa. Ocurre que la extrema derecha nacionalcatólica siempre ha estado presente. No ha sido aventada. Ahora resurge con renovados bríos, aunque no los suficientes para doblegar al entero sistema. Los cachorros de Llaüt son su esperanza de un futuro en el que en Mallorca y España vuelva a amanecer.
Acotación al margen (1).- El desastre, disparate y desbarre de Més (PSM) parece no tener fin. Es un partido que exhibe, además de sus carencias, su inextirpable gen clerical. Son secta se mire por donde se mire. El navajeo que ahora está protagonizando es el propio de quienes no saben estar ni en el gobierno ni en la oposición, de quienes jamás han encontrado su lugar desde que décadas atras pretendieron ser financiados por Abel Matutes y se dejaron querer por el PP de Gabriel Cañellas para romperle el espinazo al PSOE de Mallorca.
(2).- El diputado Juan Mesquida tampoco para de desbarrar: afirma que el PSOE ha pactado con Bildu y la CUP. ¿No es suficiente con que Inés Arrimadas haga el ridículo a cuenta de Rivera?
