El pasado miércoles Maurici Lucena i Betriu impartió una conferencia en el Gran Hotel de Palma. En ella el presidente de AENA esbozó algunas líneas sobre las futuras inversiones de la gestora aeroportuaria en Son Sant Joan. En un tono muy claro -servidor estaba presente- reveló que un hotel clásico no estaba previsto en el plan de inversiones 2019-2021 de la compañía. Por ahora. Sí alguna "fórmula de reposo" para los trabajadores y/o pasajeros en tránsito. Después del evento, tuve ocasión de departir personalmente con el conferenciante. Resumiendo: de entrada (la redacción del plan de inversiones para Palma aún no ha finalizado), es muy improbable que se acabe dando cabida a un establecimiento hotelero tal como lo imaginamos.
Entonces, ¿a qué se puede referir el alto gestor cuando habla de "soluciones para pernoctaciones en tránsito"? Probablemente a las llamadas " Air Rooms". Esas estancias o grupos de habitaciones que están proliferando en las zonas muertas de los principales aeródromos mundiales. Con todo lujo de detalles, hay centros de esta tipología de estancias que cuentan incluso con " spa& fitness centre". Son muy apreciadas por el viajero de negocios: sus comodidades las hacen muy atractivas a la hora de planificar un viaje de largo recorrido con escalas. En vez de estar esperando horas en una incómoda silla, lo más práctico es descansar el cuerpo. Adecentarlo un poco. O seguir trabajando, pero en un entorno cómodo,agradable y silencioso.
Quizás una gran parte de la ciudadanía no lo sepa, pero un simple descanso de media hora aminora las posibilidades de sufrir un colapso neurológico. Es el tiempo de reposo que el cuerpo humano necesita para eliminar la carga de electricidad y estrés que suele conllevar un largo viaje. Con el evidente beneficio para la salud que ello significa. Si a ello le unimos una tonificante ducha, su acción terapéutica estaría más que demostrada. Aún siendo muy cautelosos (no hay confirmación oficial ni acceso al citado plan de inversiones), no sería de extrañar que los tiros fueren por aquí.
Se podría rebatir que son unos módulos pensados para " hubs" (intercambiadores). Aeropuertos repartidores de rutas, con muchas necesidades hoteleras cerca del recinto aeroportuario, sino directamente dentro. Que Son Sant Joan es más bien un destino final que no un centro de red. Cierto. Pero también hay otra evidencia: hoy en día despegan y aterrizan aviones en Mallorca desde las cinco de la mañana hasta las doce de la noche. Si se supiese la facturación de habitaciones familiares de una noche en los hoteles de Platja de Palma nos daríamos cuenta del problema. No es exacto, pero podría coincidir con la de los turistas que cambian de hotel por uno más cercano al aeropuerto al darse cuenta que su viaje de vuelta es muy pronto. No son pocos.
De la misma manera que quien arriba a la isla cuando aún no ha despuntado el día lo primero que quiere es descansar. Por tanto, no nos encontraríamos ante un hotel base ad hoc. Más bien al contrario: sería un centro de reposo (ya se vería el formato) cubriendo un hueco y nicho de mercado muy definido. Y -atención al matiz- cuya ocupación no suele ser posible si no es enseñando la tarjeta de embarque. Por tanto, saturación, poca: la clientela habitual de este tipo de establecimiento son a) quienes ya tiene estadías en destino y por horario necesitan de sus servicios, b) viajeros en largos viajes.
Todas estas cuestiones las conoce AENA. Por ello debe estar dudando. Entre un hotel clásico operado por una marca internacional, o unas cámaras con ducha en las zonas muertas de los pasillos y salas de espera.
Lo que sorprende es que fuere como fuere, hablamos de hotel con valor. Ecológico, por ejemplo. Tan sólo por el ahorro del humo de las furgonetas que las compañías deben alquilar para los desplazamientos de su personal.
Lo que extraña es que el poder político se escude en la cierta saturación que se vive en Mallorca durante unos meses al año para negar la posible existencia de un ente del cual no sabemos si va a existir realmente, en qué formato? Muy loable. Y compartido, por supuesto. Pero si fuese coherente: revisando los datos, uno se da cuenta que en estos últimos cuatro años se han aprobado tantas futuras licencias turísticas como hacía mucho tiempo no se veía por estos lares.
Necesitamos coherencia. E información. Sobretodo en lo referente a la industria que se quiera o no -otro tema, cierto- es el actual modus vivendi de la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas de esta comunidad.
