Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Papell

El desvarío de Ciudadanos

Ciudadanos nació, como es conocido, a partir de un movimiento cívico surgido en 2005 contra la coalición catalana de gobierno (PSC, ERC, ICV-EU), impulsado por un grupo de intelectuales consternados ante la evidencia de que el final del pujolismo —tras las elecciones de 2003, a las que ya no se presentó Pujol, se formó un tripartito encabezado por el PSC, con Pasqual Maragall a la cabeza— no había cedido la deriva nacionalista de la Generalitat (se seguía poniendo multas a los comerciantes que rotulaban en castellano). En aquel grupo figuraban Francesc de Carreras, Félix de Azúa, Arcadi Espada, Horacio Vázquez-Rial, Carlos Trías, Félix Ovejero...

Posteriormente, aquel impulso cristalizó en forma de partido político, al que ya no concurrieron los intelectuales que lo habían auspiciado, y a cuyo frente se situó democráticamente Albert Rivera, una jovencísima promesa. El nuevo partido fue ganando terreno en Cataluña y poco a poco se extendió por toda España como una bisagra que comulgaba explícitamente del liberalismo y la socialdemocracia y tenía un claro afán regenerador. Su falta de antecedentes en una época en que la corrupción invadía la escena era una garantía de limpieza. Y la propuesta prosperó hasta obtener 40 diputados al Congreso en 2015, 32 en 2016 y 57 el pasado 28 de abril. Tras las elecciones de 2015, ya en enero de 2016, formó una coalición con el PSOE bajo los auspicios del "Acuerdo para un Gobierno reformista y de progreso", que no prosperó por la negativa de Podemos a apoyar la iniciativa: Rajoy consiguió la investidura tras la ruptura interna del PSOE.

En el periodo que media entre aquella colaboración y las últimas elecciones, Ciudadanos, siempre bajo el liderazgo de Albert Rivera, ha cambiado de postulados ideológicos —ha dejado de ser explícitamente socialdemócrata y se ha quedado sólo con la etiqueta liberal—, pero sobre todo ha cambiado de estrategia: aprovechando seguramente el declive del PP, corroído por los procesos judiciales de corrupción que dieron incluso lugar a la exitosa moción de censura, Rivera ha decidido que su máximo objetivo es convertirse en el líder de la derecha, para lo cual se ha declarado enemigo acérrimo de la socialdemocracia en general y de Pedro Sánchez en particular.

Con este bagaje doctrinario se ha presentado a las elecciones€ y ha fracasado absolutamente. Pese a la difícil situación del PP, recién salido de unas primarias que ganó un político bisoño frente al aparato, los populares han ganado a C's, frustrando el pretendido sorpasso, que ya queda descartado definitivamente puesto que todo indica que el PP ha comenzado a rehacerse€ gracias al apuntalamiento que ha recibido de Ciudadanos. En las municipales y en las autonómicas, el batacazo de C's ha sido mayúsculo, hasta le extremo de que después de obtener más de 1,1 millones de votos en las autonómicas catalanes, en las locales del Principado no ha llegado a los 200.000 este mes de mayo. Pero Rivera no ha variado de estrategia: en lugar de recuperar su equilibrio anterior e intentar sacar todo el provecho posible de su condición de bisagra, se ha empeñado en secundar al PP -que por ejemplo ha obtenido el gobierno en Andalucía y se ha apoderado de la comunidad y el ayuntamiento de Madrid, sin haber ganado las elecciones en ninguna de las tres instituciones— para darle todo el oxígeno posible. Y lo ha hecho, por añadidura, manchándose las manos al aliarse con VOX, lo que ha convertido a C's en una formación proscrita en Europa.

Tan desnortado está Ciudadanos que tampoco entiende su responsabilidad histórica en el Estado, haciendo gala de un infantilismo que su mentor Francesc de Carreras acaba de echarle en cara en memorable artículo: lamenta que "el joven maduro y responsable [que fue Rivera] se haya convertido en un adolescente caprichoso que da un giro estratégico de 180 grados y antepone supuestos intereses de partido a los intereses generales de España". "Es ir -añade- contra toda tu trayectoria política, contra la trayectoria de Cs. Se te acusará, con razón, de que por tu culpa arrojas al PSOE a pactar con Podemos y con los nacionalistas, precisamente aquello que Cs debería impedir".

Es inconcebible que Ciudadanos esté cavando con tanta fruición su propia tumba.

Compartir el artículo

stats