"Te cambio la pegatina de la DGT por la del MELIB, que esa la tengo 'repe'". Una conversación de patio de colegio que pronto podremos estar escuchando en los despachos de las compañías de rent a car si llega a expandirse la tendencia territorial de crear sus propios distintivos medioambientales y obligar a que estos estén visibles en los parabrisas de los coches.

Si primero fue Madrid Central y los distintivos de la DGT, ahora se ha sumado Balears con la pegatina MELIB, lo que plantea una pregunta: ¿Se convertirá en una moda exigir lucir un adhesivo distinto para acceder a cada una de las comunidades españolas? Lo único evidente es que de convertirse en tendencia sería una moda vintage, antigua, un tanto retro, para volver al pasado, algo que ya no funciona. Se está retomando un sistema anacrónico e inoperativo cuando hay a disposición de las administraciones mecanismos digitales como el lector automático de matrícula para recabar información de los vehículos mucho más ágilmente.

Sin embargo, a pesar de que Madrid Central ya ha dado muestras evidentes de las deficiencias de lucir distintivos físicos, tanto a nivel operativo como económico, Balears ha seguido sus pasos, erigiendo así a las compañías de rent a car como las mayores coleccionistas de cromos medioambientales de toda España, una afición que les va a costar más de 2 millones de euros anuales.

Y es que, el desconocimiento total de la operativa de las alquiladoras de vehículos sin conductor por parte de los gobiernos provoca un agujero en las carteras de los alquiladores que a cada pegatina se hace más grande. Las compañías se ven obligadas a asumir los costes de los adhesivos y las pérdidas derivadas de tener que tener la flota parada a la espera de que lleguen los últimos cromos para pegar en el parabrisas. Esto se produce porque las flotas de los rent a car son móviles, un coche puede amanecer en Madrid, viajar a Valencia y dormir en Balears, por lo que siempre tienen que tener en la luna delantera la colección completa y actualizada.

Ayuntamientos como el de Madrid ya han demostrado ser totalmente capaces de llevar a cabo procedimientos telemáticos para el control de sistemas como el de la ITV o de la tipología de vehículos para la zona SER, por lo que no sería difícil adaptarlo a los aspectos medioambientales a través de la información de las matrículas. De igual forma ocurre en Balears, comunidad que dispone de la tecnología, pero que sin embargo ha decidido crear un distintivo exclusivo para los vehículos eléctricos de sus islas.

¿Se imaginan que todas las comunidades sacasen el suyo propio para marcar territorio? La imagen desde fuera de un parabrisas de un coche de rent a car con más pegatinas que un álbum de cromos dejaría de ser graciosa cuando nos pusiéramos al volante comprobáramos lo ridículo, y hasta peligroso, que sería conducir intentando ver algo entre tantas estampas, por cierto, de plástico, lo más ecológico que hay.

Por ahora solamente son dos, aunque ya son muchas. Sin embargo, queda esperar qué decisión tomarán Madrid y Balears. La duda está en si seguirán adelante o darán marcha atrás con la exigencia de las pegatinas, y si las demás comunidades autónomas que decidan regular las emisiones de los vehículos limitando el acceso a los más contaminantes tienen en cuenta a los rent a car o si por el contrario sacan sus propios distintivos físicos creando una colección de cromos que será la envidia de Panini y de nadie más.

*Director corporativo de Aneval